Si presentas insuficiencia venosa es imprescindible consultar al médico, pues es el único que puede realizar el diagnóstico y darte las pautas adecuadas. Tras la consulta, puedes aprovechar las ventajas que aporta el hamamelis, por ejemplo. Su nombre científico es Hamamelis virginiana, aunque se conoce habitualmente como hamamelis o avellana de ...
Si presentas insuficiencia venosa es imprescindible consultar al médico, pues es el único que puede realizar el diagnóstico y darte las pautas adecuadas. Tras la consulta, puedes aprovechar las ventajas que aporta el hamamelis, por ejemplo.
Su nombre científico es Hamamelis virginiana, aunque se conoce habitualmente como hamamelis o avellana de bruja. Abunda en los bosques americanos de manera natural aunque se cultiva también como planta ornamental, en América y en Europa. Se recolectan las hojas y la corteza de los tallos, que se empleaban antiguamente para tratar picaduras, heridas, golpes y dolores articulares.
En fitoterapia se utiliza la hoja a la que se le atribuyen propiedades vitamínicas, antimicrobianas, hemostáticas, astringentes y vasoconstrictoras. También la corteza de las ramas presentaría algunas propiedades, pero serían diferentes porque tiene distinta composición.
Los estudios sobre los componentes químicos activos señalan la presencia de aceite esencial, taninos en una proporción elevada (que puede llegar al 10%) e incluye taninos gálicos y catéquicos como el hamamelitanino, flavonoides (heterósidos de quercetol, miricetol y kenferol), y ácidos fenoles.
Al hamamelis se le atribuyen numerosas propiedades relacionadas con sus principios activos. Actuaría como bacteriostático, molusquicida para eliminar el molusco contagioso, para el tratamiento de trastornos menstruales y, sobre todo, a nivel del aparato circulatorio pues aumenta el tono venoso y tiene propiedades vitamínicas P. Estas acciones se presentan unidas en los productos venotropos como el hamamelis. La acción venotónica se debería a los taninos catéquicos, generadores de contracción de los vasos que favorece el flujo de sangre. La acción vitamina P se debería a los flavonoides y se manifiesta por un aumento de la resistencia venosa y una disminución de la permeabilidad capilar que reduce el edema y la inflamación.
En fitoterapia se emplea la droga pulverizada (cápsulas), champú, lociones, desodorante de pies, cremas, tónicos, sales, etc. según sea la vía de aplicación. Su uso externo se relaciona con el tratamiento de dermatitis, como descongestivo, cicatrizante y astringente, así como su aplicación en forma de apósito en esguinces y contusiones. Además, su actividad vasoconstrictora la hace útil en cosmética para tratar varices, rosácea y exceso de sudoración.
En España su uso se ha autorizado para tratar varices, hemorroides, flebitis, piernas cansadas, insuficiencia venosa, y regla abundante. Los efectos secundarios son mínimos, aunque se han descrito irritación gástrica, debilidad, excesiva secreción salival, sudoración, problemas visuales, taquicardia y mareos, al consumirla por vía oral. A nivel tópico, pueden presentarse reacciones dérmicas que podrían ser causadas por los ingredientes que le acompañan en las preparaciones o por el hamamelis, aunque no hay datos precisos. Consulta a tu médico y sigue sus indicaciones.