La infertilidad es una condición que afecta a millones de parejas en todo el mundo y puede originarse por diferentes patologías tanto en hombres como en mujeres. En España, entre el 15 y el 20% de las parejas en edad reproductiva tiene dificultades para concebir, lo que equivale a una ...
La infertilidad es una condición que afecta a millones de parejas en todo el mundo y puede originarse por diferentes patologías tanto en hombres como en mujeres. En España, entre el 15 y el 20% de las parejas en edad reproductiva tiene dificultades para concebir, lo que equivale a una de cada seis. En la última década, la tasa ha aumentado debido a distintos factores, como hábitos de vida poco saludables, sobrepeso, contaminación ambiental y determinadas enfermedades.
La infertilidad puede comprometer tanto al sistema reproductivo femenino como masculino, impidiendo lograr el embarazo tras 12 o más meses de relaciones sexuales regulares sin protección. Los problemas de fertilidad pueden tener diversas causas. Aproximadamente, en el 30% de los casos se debe a factores femeninos; en otro 30%, las causas son masculinas; en un 30% adicional, ambos miembros de la pareja presentan alteraciones que dificultan la consecución de embarazo y, en el 10% restante, la causa es idiopática o desconocida1.
"Aunque existen varios factores que afectan a la hora de concebir, las circunstancias en hombres y mujeres son diferentes", explica María Teresa Draper, médica experta en reproducción responsable de la clínica de reproducción asistida Ginemed Barcelona. En el caso de las mujeres, hay patologías que causan esterilidad como, por ejemplo, el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), un trastorno endocrino que puede causar dificultades significativas en la vida reproductiva. "Debido al desequilibrio hormonal que provoca la falta de ovulación regular, el 75% de las mujeres que padecen SOP presenta dificultad en conseguir un embarazo", detalla.
Otra de las afecciones que repercute en mujeres es la Insuficiencia Ovárica Prematura (IOP), es decir, el cese de actividad ovárica antes de los 40 por extirpación o cirugía sobre los ovarios, quimioterapia o radioterapia. "La IOP también puede tener un origen autoinmune, infeccioso, genético o de origen desconocido", afirma la doctora de Ginemed. Esta enfermedad impacta en un número significativo de mujeres, entre un 10 y un 15% de la población, lo que se traduce en más de 2 millones en España, 14 millones en Europa y 176 millones en todo el mundo.
Por otro lado, la endometriosis, aunque se da en un porcentaje menor de la población femenina, es una enfermedad que en muchas ocasiones no llega a diagnosticarse en las mujeres afectadas. La endometriosis ocurre cuando el tejido endometrial crece fuera del útero, lo que puede perjudicar la capacidad de concepción al bloquear las trompas de Falopio, alterar la calidad y función de los óvulos, interferir en la implantación del embrión y aumentar el riesgo de aborto espontáneo. "Entre un 35% y un 50% de las mujeres infértiles son diagnosticadas de endometriosis, y del 30% al 50% de las pacientes de endometriosis sufrirán problemas de infertilidad", explica la experta.
A estas patologías habría que añadir la edad, que, aunque no es una enfermedad, es la principal causa de infertilidad. "La tasa mayor de fertilidad femenina se da antes de los 30 años. A medida que pasan los años, la fertilidad va decreciendo por la disminución de la reserva ovárica y por la alteración de la calidad de los ovocitos. Con el paso del tiempo van apareciendo alteraciones cromosómicas que dificultan el embarazo y aumentan las tasas de aborto", aclara la doctora de Ginemed, que añade "es una de principales causas de consulta en la clínica".
La mejor manera de abordar la mayoría de las enfermedades que afectan a la fertilidad es con diagnóstico temprano y tratamiento, aunque depende en gran medida de la enfermedad en cuestión. "Si hablamos de enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo, la prevención más efectiva es el empleo de métodos anticonceptivos de barrera. En el caso de un cáncer de testículo, por otra parte, convendría una vigilancia y autoexploración periódica, así como consultar al especialista y llevar un estilo de vida saludable. Si se tratara de una infección de testículo o una enfermedad inflamatoria pélvica, la solución serían los antibióticos, ya que si estas se tratan a tiempo la vuelta a su función es completa", señala la experta.
Una vez transcurrido sin éxito un año de búsqueda de embarazo, es esencial consultar con médicos especialistas en reproducción y someterse a pruebas de fertilidad y para identificar y tratar cualquier patología que pueda estar dificultando la fecundación. La intervención de especialistas en reproducción permite recibir un diagnóstico preciso y explorar opciones de tratamiento adecuadas, garantizando un enfoque integral y aumentando el éxito en los procedimientos.