Qué es la ecología mental La ecología mental es una práctica sencilla y, a la vez, poderosa, que te ayudará a mejorar tu calidad de vida, a través de prácticas simples como pueden ser la meditación, la respiración o la desconexión digital. La ecología mental te ayuda a evitar la acumulación de ...
La ecología mental es una práctica sencilla y, a la vez, poderosa, que te ayudará a mejorar tu calidad de vida, a través de prácticas simples como pueden ser la meditación, la respiración o la desconexión digital.
La ecología mental te ayuda a evitar la acumulación de pensamientos negativos y hábitos que dañan nuestro bienestar emocional con el objetivo de conseguir vivir con mayor paz, armonía y felicidad. Esta disciplina para el bienestar emocional te ayuda a "limpiar" la mente de pensamientos que no te aportan nada positivo que pueden llegar a afectar negativamente tu salud mental. Del mismo modo, que nuestro cuerpo necesita detoxificarse y cultivar buenos hábitos para estar y sentirse bien, también lo necesita nuestra mente.
La ecología mental está estrechamente relacionada con el mindfulness, ya que ambos conceptos invitan a vivir en el aquí y el ahora, tomando conciencia de lo que sentimos y cómo nos afectan nuestras emociones, para gestionarlas de una manera efectiva y enriquecedora. No se trata de no tener nunca pensamientos negativos, sino de mantener un equilibrio saludable, reconociéndolos pero no dejando que dominen nuestro día a día.
Si existe un desequilibro y los pensamientos negativos tienen más peso que los positivos puede desembocar en una sobrecarga mental que nos lleve a:
• Sufrir de insomnio o tener un sueño de mala calidad.
• Padecer estrés o ansiedad constante.
• No poder concentrarnos en tareas cotidianas.
• Cargarnos en exceso física y mentalmente.
Practicar la ecología mental puede aportarnos una serie de beneficios entre los que destacan:
1. La reducción del estrés: Con la práctica diaria de la ecología mental notaremos como nuestros niveles de estrés y ansiedad bajan a mínimos y nos ayuda a vivir de manera más saludable. Se trata de centrarnos en lo que puedes controlar y no preocuparse por los problemas que no dependen de nosotros.
2. Mejora de la calidad del sueño: Limpiar nuestra mente y borrar de ellas preocupaciones y obsesiones, nos ayudará a descansar mejor y evitar el insomnio. La meditación o la respiración consciente nos ayudarán a desconectar nuestra mente antes de dormir.
3. Mayor productividad: Cuando nuestra mente no está saturada y no caben los pensamientos negativos, nos podemos concentrar mejor en nuestros objetivos, mejorando la productividad.
4. Equilibrio emocional: La ecología mental apuesta por un estado emocional más equilibrado, puesto que nos permite reconocer y gestionar las emociones de manera más clara y consciente.
1. Dedica unos minutos cada día a la meditación: No necesitas ser experta para empezar; solo siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y enfócate en tu respiración. Con el tiempo, aprenderás a observar tus pensamientos sin dejar que te controlen.
2. Desconecta de la tecnología: La sobreexposición a redes sociales puede llenar nuestra mente de información innecesaria y ruido mental. Establece momentos del día en los que te desconectes completamente de la tecnología para darle un respiro a tu mente.
3. Rodéate de personas positivas: Las personas de las que te rodean juegan un papel fundamental para nuestro estado de ánimo. Rodéate de personas que te apoyen y te inspiren a ser mejor. Evita a quienes constantemente generan negatividad.