Según revela el Barómetro de Sanicat, 6 de cada 10 encuestados señala que la interacción con gatos enseña a los niños a ser más empáticos, una habilidad esencial en el entorno escolar.
Esto es algo fundamental ahora que los más pequeños se vuelven a unir a sus compañeros y se pueden encontrar en situaciones completamente nuevas para ellos. No solo en el terreno escolar, sino también en el hogar, donde vuelven los deberes y la rutina a sus vidas.

Las mascotas, de por sí, no hacen a los niños más responsables. En cambio, repartir las tareas relacionadas con los cuidados del animal de compañía es una importante herramienta educativa  Y, en este sentido, el estudio también destaca que cuidar de un gato fomenta la madurez y la responsabilidad en los niños para el 65% de los encuestados. En este caso, involucrarles en la organización de tareas del hogar puede ser una buena forma de aportar valor al día a día fuera de la escuela. Así, proponerles tareas tan simples como revisar que la arena esté limpia, limpiarla si es necesario o cambiarle el agua puede ser positivo para ellos.

Pero no todo van a ser tareas y deberes, y a la hora de divertirse, los gatos también pueden ser el aliado perfecto. Ante esto, el 64% de los encuestados considera que los gatos son excelentes compañeros de juego, ofreciendo una vía de entretenimiento para los más pequeños. Y esto puede convertirse en otra tarea beneficiosa para que los pequeños puedan salir de la rutina diaria mientras se divierten.

La figura del gato en la familia española

En definitiva, tener un gato doméstico es beneficioso para los niños y así lo asegura la mayoría de los dueños de gatos españoles (96%). Tanto es así que, a nivel nacional, el tipo de familia en el que viven los felinos lo refleja muy bien. La convivencia entre niños y gatos pueden ejercer como estabilizador de la conducta infantil. Favorece la alegría, aleja la tristeza y mejora los miedos normales de la infancia. La mayoría de los niños verán un gato por un compañero de juegos insustituible.

En el caso de España, del total de hogares con un gato como mascota, en más de un tercio (33%) conviven niños, lo que destaca la creciente popularidad de esta mascota como compañeros ideales para el desarrollo infantil.

Los niños son perfectamente capaces de comprender cómo hay que tratar a un gato, si se les explica con paciencia. Por ejemplo, si el gato está durmiendo, comiendo o usando la bandeja de su arena hay que dejarlo en paz o que si el gato se resiste a que lo cojan o al contacto, o intenta escaparse, hay que dejarle ir.