La llegada de septiembre es un punto de inflexión para muchos. Se trata de un periodo de cambios y adaptación, puesto que es el mes por excelencia de vuelta a la rutina. El regreso trae consigo el llamado `síndrome posvacacional´, "un concepto en auge desde hace unos años pero no está registrado como patología en ninguna clasificación: para la mayoría de los autores es un proceso adaptativo fisiológico", como explica a EsVivir Verónica Olmo, médica de Atención Primaria y Coordinadora del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN. Según los últimos datos de la Sociedad Española de medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC), este síndrome afecta a un 40% de la población española y tiene una mayor repercusión entre las mujeres, debido a la organización de tareas entre la vida personal y familiar. 

En este sentido, la doctora comenta que "el síndrome postvacacional provoca una mayor sensación de cansancio e incluso ansiedad ante las tareas cotidianas, ya que, tras un largo tiempo de desconexión, a algunas personas les cuesta más volverse a adaptar a las tareas diarias. Además, en ocasiones, puede trastocar aspectos en el ámbito laboral y personal^, pues trae consigo falta de concentración, somnolencia durante el día o dificultades para conciliar el sueño por la noche". 

La duración de estos síntomas varía según el entorno y los hábitos de vida de cada persona. "Habitualmente la fatiga y desidia se extienden entre un día y un par semanas", asegura Olmo. No obstante, cuando los niveles de estrés en el ámbito laboral son muy altos, "es más fácil que estos síntomas se conviertan un problema para la salud mental y causen trastornos como la ansiedad y la depresión^". De hecho, aclara que "las personas que presentan disconfort o malestar habitual en su trabajo, incluso Síndrome de Burnout, tienen mayor tendencia a presentar un síndrome postvacacional".  

Pautas para volver a la rutina con buena actitud 

Ante esta situación, la especialista recuerda que "los síntomas como la ansiedad o el estrés que caracterizan este síndrome la mayoría de las veces responden a mantener una buena actitud, comprendiendo el origen transitorio de ese malestar y darle la importancia que realmente tiene".

Por otro lado, "los hábitos de vida saludable como el deporte, la alimentación balanceada, actividades al aire libre y tener espacios de reflexión y de relajación" son algunos consejos que pueden servir para afrontar el fin del verano y el regreso a la rutina. También menciona la experta el restablecimiento de horarios como una clave para volver a ajustar nuestros biorritmos. "Cuidar las horas de descanso es fundamental para evitar que el estrés de trabajo incida negativamente en la salud. Regular los niveles de alcohol y cafeína también mejora los niveles de estrés", desgrana. 

Si pasado el tiempo, el proceso de adaptación fracasa y se desencadena un malestar tanto físico como psíquico que limita la tolerancia al trabajo y a la vida rutinaria diaria, la facultativa señala que se puede gestionar con la ayuda de tratamientos que permiten tratar síntomas transitorios de ansiedad. "Es recomendable optar por productos con ingredientes de origen natural, como es el caso de Lasea, único medicamento sin receta que trata los síntomas de ansiedad, cuyo principio activo es Silexan (aceite esencial de lavanda de calidad farmacéutica). Su eficacia ha sido demostrada a través de más de 20 ensayos clínicos y no produce sedación ni dependencia". 

La Coordinadora del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN concluye aclarando que si bien "la ansiedad es una emoción natural como muchas otras, es anormal cuando su duración se prolonga más de lo habitual". "Si la sensación de angustia, ahogo y las palpitaciones persisten a pesar de realizar las medidas de autocuidado y hacer uso de productos naturales o fitofármacos, entonces es oportuno acudir a su médico de Atención Primaria".