Cuerpo perfecto con la dieta del método del plato

J.Lizcano

El verano es una época de desconexión, de vacaciones y, para muchos, de excesos alimentarios. Entre barbacoas, helados, comidas fuera de casa y celebraciones, es fácil perder el ritmo de la alimentación equilibrada.  

09/09/2024

Ya de lleno en el mes de septiembre, con la vuelta a la rutina, al trabajo y, quién sabe, si al gimnasio, es un buen momento para retomar hábitos saludables. Una de las herramientas más sencillas y efectivas para hacerlo es el método del plato, una herramienta fácil de seguir que ...

Ya de lleno en el mes de septiembre, con la vuelta a la rutina, al trabajo y, quién sabe, si al gimnasio, es un buen momento para retomar hábitos saludables. Una de las herramientas más sencillas y efectivas para hacerlo es el método del plato, una herramienta fácil de seguir que te ayudará a organizar tus comidas de manera saludable y dejar atrás los excesos del verano. Con la mitad del plato lleno de vegetales, un cuarto de proteínas y otro cuarto de carbohidratos complejos puedes asegurar que estás nutriendo a tu cuerpo de manera adecuada.

El método del plato es una estrategia visual y práctica que te ayuda a organizar tus comidas de manera equilibrada, sin necesidad de contar calorías ni seguir dietas estrictas. La clave está en dividir tu plato en diferentes porcentajes, asegurando que cada grupo de alimentos esté presente en las proporciones adecuadas.

¿Cómo funciona este método? 

Pues es muy sencillo. El método del plato propone dividir tu plato en tres grandes grupos de alimentos, cada uno con una función clave para tu cuerpo:

- 50% de vegetales: Este es el grupo más importante y debería ocupar la mitad de tu plato. Los vegetales, especialmente los de hoja verde y las verduras no almidonadas (como el brócoli, calabacín, zanahorias o pimientos), son ricos en fibra, vitaminas y minerales. Además, tienen pocas calorías, lo que los convierte en una excelente opción para quienes quieren perder peso o mantenerlo. También te ayudan a sentirte saciada por más tiempo, lo que reduce la tentación de picar entre comidas.

- 25% de proteínas: Una cuarta parte del plato debe estar compuesta por alimentos ricos en proteínas, como las carnes magras como el pollo, el pavo, el pescado, los huevos, las legumbres (lentejas, garbanzos, alubias) y los productos de origen vegetal como el tofu o el tempeh. Las proteínas son fundamentales para mantener y reparar los tejidos del cuerpo y también juegan un papel importante para esa sensación de saciedad.

- 25% de carbohidratos complejos: El cuarto restante del plato debe estar reservado para carbohidratos complejos, que son aquellos que aportan energía de manera sostenida. Por ejemplo, la quinoa, el arroz integral, la pasta integral, las patatas o el boniato. Estos carbohidratos no solo proporcionan energía, sino que también son una fuente importante de fibra, lo cual te va a ayudar al correcto funcionamiento del sistema digestivo.

¿Y las grasas?

También hay que dejar espacio para ellas. Las grasas saludables deben formar parte de tu dieta, aunque en menor proporción, por eso este método aconseja añadirlas en pequeñas cantidades. Puedes incorporar grasas saludables usando aceite de oliva virgen extra para aderezar las verduras o añadir aguacate, frutos secos o semillas a tus comidas. Estas grasas son esenciales para la salud del corazón y aportan ácidos grasos necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.

El método del plato es fácil de aplicar y muy flexible. Al enfocarse en el equilibrio y la proporción adecuada de los grupos de alimentos, te permite comer de todo, lo cual lo convierte en la mejor opción para quienes desean recuperar la línea tras los excesos del verano, pero sin recurrir a dietas restrictivas o monótonas. Por eso te enumeramos una serie de consejos a tener en cuenta para que la puesta en práctica de este método del plato te resulte más sencilla:

- Varía los alimentos: Aunque el método del plato proporciona una estructura básica es importante variar las elecciones dentro de cada grupo de alimentos. Por ejemplo, no te limites siempre a comer brócoli y pollo. Incorpora diferentes tipos de verduras, prueba nuevas fuentes de proteínas y experimenta con diversos cereales integrales para  obtener una mayor cantidad de nutrientes.

- Bebe suficiente agua: A menudo, el hambre es confundido con la sed. Mantén tu cuerpo bien hidratado bebiendo agua a lo largo del día. Puedes acompañar las comidas con agua o infusiones sin azúcar en lugar de bebidas azucaradas o alcohólicas.

- Controla las porciones: Aunque el método del plato te ayuda a distribuir los alimentos de manera equilibrada, es importante prestar atención a las porciones. Evita servirte grandes cantidades, especialmente de carbohidratos. 

- Come despacio: Dedica tiempo a saborear los alimentos. Por eso es tan importante comer despacio y masticar bien, ya que no solo mejorarás la digestión, sino que también te ayuda a sentirte lleno con menos cantidad de comida.

Además, este enfoque promueve hábitos alimentarios sostenibles a largo plazo, lo que te va a permitir mantener un peso saludable de manera permanente. Asimismo, el método del plato fomenta una mayor conciencia sobre lo que comemos y nos anima a tomar decisiones más saludables y equilibradas.

Y lo mejor de todo, ¡es un método sencillo y fácil de seguir en tu día a día!

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