Llegar hasta Cannes es relativamente sencillo. Basta con coger un vuelo a Niza y de allí escoger cómo desplazarse a su ciudad vecina. En bus, coche o tren. Es una ciudad que no requiere de muchos días para tomar un primer contacto y sentir esa misma esencia glamurosa y chic que desprende cada vez que ves desde casa la llegada de las celebrities a la famosa alfombra roja de su festival de cine.

Del Palacio de Festivales a La Croisette

El cine está muy presente en la ciudad. Es casi un imprescindible hacerse una fotografía frente al Palacio de Festivales y Congresos de Cannes. Allí podrás emulara a tus actores preferidos y saludar a tu público. No es broma. Es una de las instantáneas más buscadas de la ciudad y es raro el momento en el que no haya cola para tomarse la fotografía.  Así que público tendrás. Junto al Palacio también se encuentra un pequeño paseo de la fama con las huellas de algunos de los protagonistas del festival.

Otro de los imprescindibles de Cannes es pasear y dejarse ver por La Croisette, el paseo marítimo de la ciudad que bordea la costa. Allí se ubican las firmas de lujo más prestigiosas del mundo, los hoteles más lujosos y los preciados beach clubs. Estos últimos, otra de las estampas típicas de la ciudad, porque a pesar de contar con una parte de playa pública, la mayoría es privada y debes pagar para acceder.

No olvides darte una vuelta por Le Suquet, el casco antiguo de la ciudad. Una zona situada sobre una colina, desde cuya parte más alta se divisan las mejores vistas de la ciudad. En su parte baja es donde se encuentra el Vieux Port, el viejo puerto en el que tanto puedes encontrar lujosos yates como sencillas barcas de pescadores.

Es en esa parte antigua de la ciudad donde también encontrará algunos de los restaurantes más pintorescos de Cannes y donde podrás degustar la exquisita cocina francesa en toda su esencia.

Compras y cócteles

Para las compras más asequibles, alejadas de las exclusivas tiendas de lujo que pueblan La Croisette, pasea por la Rue d´Antibes. Seguro que allí encuentras alguna cosita con la regresar a casa. Para cosas de comida, date una vuelta por el Mercado de Forville, donde además de delicias, descubrirás cómo es la vida cotidiana de los lugareños, alejados del glamur con el que se asocia a la ciudad.

Por la tarde, regresa a La Croisette y deléitate con la puesta del sol. Tómate algo en alguno de los beach clubs del paseo o acércate al famoso Hotel Martínez, uno de los iconos de Cannes. Allí sirven algunos de los mejores cócteles de autor de la ciudad. Disfrútalo con calma, mientras admiras el ir y venir de los transeúntes y de los huéspedes de este famoso hotel.