Una vez finalizado el verano, con sus excesos, sus horarios caóticos y para muchos sus largas jornadas en la playa o la piscina, la normalidad regresa, con sus obligaciones y rutinas cotidianas. Durante el paréntesis estival, se han roto frecuentemente las disciplinas habituales, desde los excesos en las comidas y ...
Una vez finalizado el verano, con sus excesos, sus horarios caóticos y para muchos sus largas jornadas en la playa o la piscina, la normalidad regresa, con sus obligaciones y rutinas cotidianas. Durante el paréntesis estival, se han roto frecuentemente las disciplinas habituales, desde los excesos en las comidas y el abuso en las bebidas, hasta al desorden horario, restando horas al sueño y anteponiendo el objetivo de divertirse a cualquier norma. Todo ello también lo sufre la piel.
La recuperación de las rutinas saludables, aunque dura, suele ir imponiéndose con ritmos muy diversos, en función de la fuerza de voluntad de las personas. Si quieres volver a adoptar unos hábitos de cuidado de la piel saludables, Miguel Aizpun Ponzan, especialista de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), nos da las claves.
Si lo tienes, se puede (y se debe) empezar por la eliminación (o, al menos, reducción sustancial) de un hábito muy nocivo, como es el consumo de tabaco, ya que es un gran favorecedor del envejecimiento de la piel. "Este consumo provoca el conocido como síndrome o cara del fumador, que se traduce, cuándo este hábito alcanza los diez o más años, en arrugas muy marcadas, piel atrofiada, opaca o grisácea y más seca. También provoca un cabello reseco y quebradizo, dificultad en la cicatrización, además de favorecer el cáncer de piel", expone el experto.
Del mismo modo, una alimentación sana y equilibrada resulta muy beneficiosa para todo el organismo, lo cual incluye el cuidado de la piel. "No se debe abusar del consumo de sal y grasas saturadas, se debe beber agua en abundancia y hacer un uso moderado del alcohol", agrega. Y en la misma línea de adoptar hábitos saludables, "el ejercicio físico acorde con la edad y las capacidades de quien lo practica, así como el control del estrés, una buena higiene y una hidratación adecuada contribuyen notablemente a preservar la salud de la piel y a retrasar su envejecimiento", sostiene Aizpun.
Y por último, sabemos que todavía en muchos puntos de la geografía española se pueden aprovechar los últimos coletazos de calor. Pero recuerda, "el sol puede ser un buen amigo de la piel y un enemigo mortal, depende de cómo se le trate". Con una exposición adecuada, el astro rey aporta la síntesis de la vitamina D, una importante acción antidepresiva y hasta es capaz de embellecer la piel, con un atractivo bronceado.
Sin embargo, sin las debidas precauciones (el fotoprotector es el cosmético más saludable), puede acarrear quemaduras, irritación, envejecimiento prematuro y la aparición del melanoma, un cáncer que puede llegar a ser mortal.