"La lactancia materna es la forma de alimentación que da a los bebés el mejor comienzo posible en la vida", subraya la Asociación Española de Pediatría (AEP). La propia Organización Mundial de Salud la recomienda de manera exclusiva durante sus primeros seis meses de vida y, después, mantener la lactancia ...
"La lactancia materna es la forma de alimentación que da a los bebés el mejor comienzo posible en la vida", subraya la Asociación Española de Pediatría (AEP). La propia Organización Mundial de Salud la recomienda de manera exclusiva durante sus primeros seis meses de vida y, después, mantener la lactancia junto con alimentación variada que la complemente hasta, al menos, dos años.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), cubre las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo físico y, desde el punto de vista emocional, la lactancia materna ayuda al establecimiento de un buen vínculo madre-hijo. Pero además, y esa es la parte más desconocida por la población general, proporciona grandes beneficios para la progenitora. Entre ellos, recudir el riesgo de cáncer de mama y de ovario.
Tal como explica la doctora Rosa Merlos, pediatra, especialista en neonatología en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre e IBCLC (Consultora de Lactancia Certificada), "la lactancia materna aporta numerosos beneficios tanto para la madre como para el bebé. Es especialmente importante la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y a partir de esa edad se recomienda introducir una adecuada alimentación complementaria, que no la sustituye, sino que la completa".
Del mismo modo, es importante resaltar de acuerdo a la especialista, que "la leche materna es de fácil digestión, lo que disminuye los cólicos del bebé. Tiene los líquidos y electrolitos suficientes para su hidratación y una alta biodisponiblidad de minerales, en especial de hierro, calcio, magnesio y zinc. Hay que recalcar que también tiene un impacto positivo en el neurodesarrollo del bebé, mejora su coeficiente intelectual y contribuye a disminuir el riesgo de que padezca déficit de atención o alteraciones de la conducta".
Pero al mismo tiempo, los niveles de oxitocina en la madre se elevan cada vez que el bebé succiona durante una toma. Para la doctora "el aumento en los niveles de oxitocina dando el pecho ayuda a reforzar el vínculo con el bebé. Además, cuando una madre da el pecho, el útero se contrae de un modo más rápido que el de una madre que no lo hace. En los días posteriores al parto, la oxitocina que produce el cuerpo durante la lactancia ayuda a evitar más pérdidas de sangre, por lo que es menos probable que la madre sufra una anemia ferropénica y no hay que olvidar que la oxitocina también tiene un efecto antidepresivo, lo que previene la depresión postparto".
Así pues, par la madre, subraya Merlos, "la lactancia reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer de mama, ovarios y útero; también ayuda a perder peso el peso ganado durante el embarazo por el mayor consumo calórico".
Ahora bien, incide en que "es fundamental que el dar de mamar sea un acto deseado y gratificante para la madre. Es muy importante que las madres se familiaricen con la lactancia desde el embarazo, ya que amamantar no es solamente un acto instintivo, sino también requiere aprendizaje, información y, sobre todo, observación previa".
Muchas mujeres no han cogido a un bebé en brazos hasta tener el suyo y tampoco han visto amamantar. "Si en los meses previos al nacimiento se informa adecuadamente, la madre llegará al comienzo de la lactancia de forma más relajada, con las ideas claras y con recursos para afrontar los problemas que puedan surgirle. Si se llega al momento del parto sin una mínima información, enseguida surgen las dudas y la inseguridad, y es más fácil que la lactancia fracase. Una vez ha nacido el bebé, la clave es un agarre precoz y adecuado al pecho. Si la madre se ha preparado previamente, es todo mucho más fácil", concluye la profesional.