La dieta flexitariana se está posicionando como una de las dietas más populares entre las mujeres que quieren cuidarte y mantener una alimentación equilibrada pero sin renunciar a la carne. Esta dieta, que combina lo mejor de las dietas vegetarianas y el consumo ocasional de alimentos de origen cárnico, ofrece grandes beneficios para nuestra salud mental y física. 

Esta dieta nació de la necesidad de aquellas personas que deseaban reducir su consumo de carne, pero no querían prescindir completamente de ella. Esta dieta se basa en el consumo de alimentos vegetales como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos y permite la inclusión ocasional de carnes, huevos, pescado y lácteos, convirtiéndola así en una dieta más fácil de seguir a largo plazo. 

Algunas de las características principales de la dieta flexitariana son: 

• Predominio de los alimentos de origen vegetal, permitiendo el consumo de carne de forma ocasional. 
• No existen reglas sobre a cantidad o frecuencia de consumo de carne. De hecho, cada persona puede adaptar la dieta a sus necesidades y estilo de vida. 
• La premisa principal es el consumo de alimentos naturales, minimizando el consumo de procesados. 

Beneficios de la dieta flexitariana para la salud

1. Mejora de la salud cardiovascular: Al reducir el consumo de carne roja y comida procesada, junto con el aumento de la ingesta de frutas y verduras, mejoramos la salud cardiovascular y minimizamos el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
2. Muy eficaz para el control del peso: Al ser rica en alimentos vegetales (frutas y verduras), la dieta flexitariana es baja en calorías y alta en fibra, algo que ayuda a prevenir la obesidad.
3. Beneficios para el medioambiente: Reducir el consumo de carne y consumir productos sin procesar y de proximidad, disminuye la huella de carbono y evita la sobreexplotación de los recursos naturales. 
4. Es muy fácil adaptarse a ella: Al no ser una dieta estricta, es muy fácil adaptarse a ella, convirtiéndola en una opción sostenible a largo plazo. Además, al ser menos restrictiva, permite mayor flexibilidad en situaciones sociales, reduciendo las situaciones comprometidas en las que nos encontramos con otras dietas. 

Es recomendable aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal y reducir el de alimentos de origen animal. Las proteínas de la carne pueden ser sustituidas por legumbres, tofu o quinoa. Todas estas pautas y directrices nos las podrá dar un nutricionista profesional que nos guiará durante todo el proceso para conseguir mantener un equilibrio donde se prioricen siempre los alimentos frescos y naturales.