El buen funcionamiento del organismo depende, entre otros tantos factores, de la microbiota. A estas alturas es más que probable que conozcas el funcionamiento de este conjunto de bacterias entre cuyas funciones destaca la de crear una barrera protectora contra bacterias patógenas que pueden causar enfermedades. Sabemos, además que las ...
El buen funcionamiento del organismo depende, entre otros tantos factores, de la microbiota. A estas alturas es más que probable que conozcas el funcionamiento de este conjunto de bacterias entre cuyas funciones destaca la de crear una barrera protectora contra bacterias patógenas que pueden causar enfermedades. Sabemos, además que las alteraciones en este grupo de microorganismos también podrían provocar la aparición de afecciones. Si bien son conocidas las relacionadas con la microbiota intestinal, flora bacteriana sobre la que se habla mucho de un tiempo a esta parte, menos conocida es la existencia de la microbiota ocular y de los problemas oculares que puede acarrear su desequilibrio. Este es el caso, por ejemplo, del ojo seco, una afección que puede deberse a dicho trastorno en la microbiota ocular, la cual se localiza en la córnea y la conjuntiva del ojo.
El ojo seco es una patología que en la actualidad afecta a cinco millones de españoles y cerca de 350 millones de personas en todo el mundo, teniendo una importante repercusión en la calidad de vida de las personas.
Para María Teresa Iradier, oftalmóloga especialista en Ojo Seco de IMO Grupo Miranza, "la causa más frecuente de ojo seco es la disfunción de glándulas de Meibomio, responsables de lubricar la superficie ocular, mediante el aporte de grasa a la lágrima para evitar su evaporación y garantizar la hidratación de ojo. Esta alteración está relacionada muy a menudo con la infección por Demodex, un parásito que forma parte de la microbiota ocular".
La presencia de este parásito en la zona periocular puede afectar la superficie del ojo, en donde se encuentran las glándulas de Meibomio, dando lugar a una disfunción en la secreción de lípidos, así como a cambios en la microbiota, lo que conlleva a una posible inflamación en el borde del párpado y ojo seco.
Algunas de las señales que manifiesta esta infección son la descamación en la base de las pestañas, la sensación de sequedad ocular y el enrojecimiento e irritación en la zona de los párpados.
El Síndrome del Ojo Seco es una afección que aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar adecuadamente el ojo, provocando molestias, además de problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la superficie ocular que podrían dañar la córnea y a la conjuntiva o membrana que recubre tanto la superficie interna del párpado como como el globo ocular.
Algunos de los factores de riesgo más comunes para padecer de ojo seco son el envejecimiento, y los cambios hormonales ocasionados en la mujer por el embarazo, el uso de tratamientos anticonceptivos y la menopausia. La cirugía refractiva es otro de los aspectos a tener en cuenta, además de algunos elementos relacionados con el estilo de vida como pueden ser el tabaco, los ambientes secos, la exposición a las pantallas y el uso de lentes de contacto.
Esta patología tiene una importante repercusión en la calidad de vida de las personas, debido a una constante sensación de arenilla durante el parpadeo y una posible alteración en la calidad de la visión. Mejorar estos síntomas hace que los pacientes se encuentren mejor, al no tener molestias derivadas de la sequedad ocular, lo que acelera también el proceso de rehabilitación.