La playa ocupa el primer puesto de la lista por su variedad de opciones, ya que es posible nadar, tomar el sol, pasear, bucear, jugar al voleibol, a las palas, a las cartas o practicar otros deportes acuáticos y u otras actividades de entretenimiento. En Valencia destaca la playa de ...
La playa ocupa el primer puesto de la lista por su variedad de opciones, ya que es posible nadar, tomar el sol, pasear, bucear, jugar al voleibol, a las palas, a las cartas o practicar otros deportes acuáticos y u otras actividades de entretenimiento. En Valencia destaca la playa de la Malvarrosa, un arenal de gran amplitud en el que poder establecer nuestro campamento para distraerse y pasar un día de relajación. Te conquistará por su arena fina, su extensión y su ubicación porque desde ella se pueden acceder a otros arenales, como la playa de Las Arenas o la de la Patacona. Si te gusta caminar descalza por la arena, esta es tu oportunidad. Su paseo marítimo tampoco se queda atrás. Es muy un amplio y cuenta con diferentes propuestas gastronómicas a elegir entre sus restaurantes y cafeterías a pie de playa, posee carril bici y bancos desde los que contemplar el mar.
Si esta propuesta te queda un poco a desmano y no tienes mucha disponibilidad, puedes acercarte por la tarde a la piscina. La experiencia es bien distinta, pero para matar el gusanillo y darse un chapuzón no está nada mal. En Torrejón de Ardoz, en Madrid, disponen de una piscina de olas en el Complejo Deportivo Juan Antonio Samaranch, que estará abierta hasta el 1 de septiembre de en horario de 11:30 a 20:30 horas. Aquellos usuarios que accedan al recinto de baño a partir de las 18:00 horas podrán disfrutar de una rebaja del 50% en el precio de la entrada.
Como en el fin de semana solemos tener un poco más de margen para desplazarnos y no hay que estar tan pendiente del reloj, podemos acudir a un parque acuático y pasar el día allí en compañía de nuestra pareja, hijos e hijas, familiares o amigos, como el de Marineland, en Palafolls, Barcelona, en el que también hay una piscina de olas y una piscina común, así como una atracción en la que poder lanzarse en flotador desde una altura de 15 metros, unos toboganes con curvas o un espacio en el que experimentar la velocidad y sentirse en el medio de un tornado, entre otras actividades. Además, la visita se puede combinar con las exhibiciones de delfines, leones marinos, una demostración de vuelos de aves rapaces o de un paseo entre mariposas exóticas. Dentro de las instalaciones se encuentran distintos puestos de restauración.
Para aquellos más indecisos, que les cueste decidirse entre pasar un rato en la playa o en la piscina, en Figueira da Foz, en Portugal, hay integradas en la playa unas piscinas de agua salada, concretamente en Buarcos y São Julião. Están climatizadas, tienen una profundidad de un metro y está permitido el baño de forma gratuita, aunque no es posible ni bucear ni jugar en el agua. Como curiosidad no está nada mal, los que se acerquen hasta el lugar podrán estar a remojo durante media hora, en horario de mañana o de tarde. Cuenta con puesto de socorrismo. La principal ventaja de estos espacios es que al no haber olas y no tener tanta profundidad es una opción más segura, sobre todo para los más pequeños. El acceso se realiza por orden de llegada.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Conner Baker sur Unsplash.