Las micosis son infecciones que suelen responder al tratamiento médico, aunque su duración puede ser prolongada y presentar recaídas. Es importante seguir el tratamiento específico pautado por el médico porque es diferente en cada caso. Los especialistas señalan que las causas de aparición de una micosis son variadas. Se incluye el ...
Las micosis son infecciones que suelen responder al tratamiento médico, aunque su duración puede ser prolongada y presentar recaídas. Es importante seguir el tratamiento específico pautado por el médico porque es diferente en cada caso.
Los especialistas señalan que las causas de aparición de una micosis son variadas. Se incluye el consumo de ciertos medicamentos (tratamientos hormonales, con corticoides o antibióticos, por ejemplo), una deficiencia inmunitaria, obesidad, diabetes, insuficiencia renal, la piel grasa, las heridas abiertas, problemas en la uñas (rotas, mordidas o mal cortadas porque facilitan la entrada de los hongos al interior del organismo), la vestimenta (zapatos cerrados y sin ventilar, ropa interior sintética y pantalones apretados, por ejemplo, aumentan la sudoración de la zona que cubren y facilitan el crecimiento de los hongos), la humedad en los pliegues de la piel y la edad (los niños y los ancianos tienen mayor propensión a padecerlos), fundamentalmente.
El contagio se produce por contacto con personas o animales infectados o con objetos utilizados por contagiados previamente. La mayoría de las micosis producen picor, pero algunas pasan desapercibidas y sólo se detectan cuando se presentan pequeñas manchas en la piel, por ejemplo. Se recomienda un cuidado especial con los niños porque puede pasar desapercibida la infección inicial y constituyen una fuente de contagio directa. Es fundamental secarlos bien cuando van a la piscina, por ejemplo, y lavar sus chanclas cada vez que vuelva a casa.
La mejor medida para prevenir las infecciones causadas por hongos es la prevención de su aparición centrada en evitar las causas que los provocan. Los expertos recomiendan:
1-Consultar al médico ante cualquier signo de alarma. No te automediques porque puede complicar el diagnóstico y tratamiento médico.
2-Lavar las manos, manteniendo una higiene completa, especialmente si has tocado animales o tierra que pueden actuar como vehículo de contagio. Lavar tus zonas íntimas empleando jabones de pH adecuado. Secar bien los pliegues corporales, entre los dedos de los pies, etc. para eliminar totalmente la humedad.
3-Usar ropa de algodón y tejidos orgánicos que permiten expulsar el sudor y evitan que se acumule sobre la piel facilitando el desarrollo de los hongos.
4-Utilizar calzado adecuado en piscinas, saunas, duchas públicas, etc. Evitar caminar descalzo por esas zonas y lavar con frecuencia lo que hayas utilizado allí evitando ponerlo mojado. No sentarse en el borde de las piscinas. No compartir toallas. No usar calzado de plástico (salvo en piscinas, saunas, etc.) y elegir calzado de piel para realizar tus actividades habituales o hacer deporte.
5-Emplear productos específicos (en forma de spray, por ejemplo) que evitan la sudoración de los pies y no usar los mismos zapatos dos días seguidos.