Los calambres musculares se producen por diferentes causas:

• Deshidratación: La falta de líquidos puede provocar desequilibrios electrolíticos en el cuerpo, algo que contribuye a la aparición de calambres. El potasio, el sodio y el magnesio juegan un papel crucial a la hora de contraer y relajar los músculos. 
• Cansancio muscular: La fatiga muscular puede incrementar la posibilidad de sufrir calambres y que, cuando esto se ejercitan más de la cuenta, se vuelven más susceptibles a las contracciones involuntarias. 
• No calentar la musculatura: Empezar a hacer ejercicio sin calentar antes puedes causar calambres. Calentar de forma correcta prepara los músculos para la actividad física, aumentando el flujo sanguíneo y la flexibilidad. 
• Mala circulación: Una circulación insuficiente puede hacer que llegue menos oxígeno a los músculos, ocasionando calambres. 
• Desequilibrios electrolíticos: La falta o el desequilibrio de minerales esenciales también puede causar calambres. 

¿Cómo combatir los calambres?

1. Hidrátate de forma adecuada: Beber suficiente agua antes, durante y después del entreno es fundamental para mantener el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo. Las bebidas deportivas pueden ser útiles para reponer los electrolitos que se pierden a través del sudor.
2. Sigue una alimentación equilibrada: Consumir alimentos ricos en potasio, calcio, magnesio y sodio como plátanos, lácteos o nueves, ayuda a prevenir los calambres. 
3. Calentar y estirar es fundamental: Antes de empezar cualquier actividad física, es básico hacer un calentamiento de mínimo 10 minutos, seguido de estiramientos dinámicos para preparar a los músculos y reducir el riesgo de calambres.
4. Haz ejercicio de forma progresiva: Ir incrementando de forma gradual la intensidad del ejercicio permite que los músculos se adapten y reduce la posibilidad de fatiga extrema.
5. Masajes y compresas calientes: Si inevitablemente, sufres un calambre, debes masajear la zona para ayudar a relajar el músculo. Para ello, aplica compresas calientes que alivien el dolor y la tensión muscular. 
6. Incorporar magnesio: Si sufres calambres a menudo, plantéate la posibilidad de incorporar magnesio como suplemento, ya que este mineral juega un importante  papel en la función neuromuscular. 
7. Escucha tu cuerpo: Es básico estar atenta a las señales del cuerpo. Si sientes que un músculo se está fatigando, tómate un descanso para prevenir un calambre.
8. Utiliza ropa y calzado adecuado: Usar ropa cómoda y calzado apropiado para el tipo de ejercicio que se está realizando puede mejorar la circulación y reducir la presión sobre los músculos.
9. Mantén una rutina constante: Ser constante a la hora de hacer ejercicio fortalece los músculos y mejora la resistencia, reduciendo así la posibilidad de sufrir calambres con el tiempo.

Consulta a tu médico: Si a pesar de seguir todos estos consejos los calambres persisten, es recomendable consultar a un médico experto para que analice el origen de estos calambres.