Ambos productos son utilizados habitualmente por la población para retirar el vello del cuerpo. Sin embargo, aunque a simple vista su funcionamiento es similar, hay que prestar atención a una serie de detalles sobre su utilización y cuidados posteriores. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha creado una guía en la que se pueden ver las diferencias entre un método de depilación y el otro, las recomendaciones a seguir antes de extender el producto y lo que hay que hacer después de su uso para evitar que sea un riesgo para la salud. La elección de uno u otro producto dependerá de lo que queramos conseguir y lo que busquemos en ese momento. Por ejemplo, los indicados para la epilación son las ceras frías o calientes, que se aplican sobre la piel siguiendo el nacimiento natural del vello. La zona sobre la se va a utilizar debe estar limpia y seca para que el proceso funcione correctamente. Una vez pasado el tiempo pertinente, se retira la capa de cera con ayuda de unas bandas, realizando un tirón en la dirección contraria. Esta técnica permite la eliminación del vello desde la raíz, por lo que este tardará más en crecer, de modo que la piel estaría libre de vello unas cuantas semanas. Por su parte, con los productos depilatorios, como cremas o espumas, se cubre la zona a depilar con ellos, se deja actuar los minutos que indique el fabricante y se retira con una esponja o espátula. Con esta técnica lo que se consigue es retirar el vello que queda en la parte exterior de la piel mediante "métodos químicos que rompen la estructura del vello", explican desde la web. Por lo tanto, su efectividad es menor con respecto al modelo anterior y el vello suele reaparecer al cabo de unos días.

Cuestiones previas

La elección del producto cosmético variará en función del lugar en el que lo queramos aplicar, nuestro tipo de piel y lo queramos conseguir. Si buscamos una solución rápida, podemos optar por la depilación. En cambio, si nos interesa algo de mayor durabilidad y disponemos de tiempo suficiente para una retirada del vello más exhaustiva, escogeremos la epilación. Desde la AEMPS aconsejan también detenerse a leer las instrucciones del fabricante del producto, revisar su fecha de caducidad del envase y cerciorarse del tiempo que puede estar abierto el recipiente. En el caso de que en las instrucciones de uso recomienden hacer una pequeña prueba para comprobar cómo responderá la piel al tratamiento, sugieren no saltarse este paso porque así sabremos con certeza si el producto sirve para nuestra piel sin tener que aplicarlo por todo el cuerpo. Otra de sus advertencias es no sobrepasar el número de calentamientos de la cera depilatoria y evitar utilizarla antes de tiempo para impedir que se produzcan quemaduras. Si nos decantamos por una crema o espuma, tampoco debemos sobrepasar el tiempo de espera entre su aplicación y posterior retirada. Una vez eliminado el producto en cuestión es recomendable limpiar e hidratar la zona depilada, evitar ponerse al sol y de tener que volver a retocar la zona depilada, habría que esperar un tiempo prudencial de "al menos 72 horas", apuntan. 

FOTO PRINCIPAL.: Imagen extraída del perfil de Twitter de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).