Bodegas Emilio Moro, bodega familiar con más de 100 años de historia, celebra su desembarco en la región de El Bierzo. Un sueño cumplido gracias a la pasión que la familia de Bodegas Emilio Moro siente por el vino y por compartir su legado con el mundo.

"Para Bodegas Emilio Moro, el proyecto de El Bierzo es un sueño hecho realidad" comenta al respecto Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro y miembro de la tercera generación de la familia. Unas palabras que definen lo que significa su apuesta por El Bierzo, que comenzó con el deseo de elaborar vinos blancos, "lo que nos llevó a descubrir y conocer más sobre la variedad godello, que, sin duda, logró enamorarnos a todos".

El proyecto de Bodegas Emilio Moro a la D.O. Bierzo

 "El vino es un arte que, si se sabe escuchar nos habla, nos dice cuándo necesita un trasiego, cuándo reposar. Es cómo un ser vivo que hay que entender, atender y mimar". Con estas palabras, Emilio Moro trató de inculcar a sus hijos y nietos que, para enamorarte de un vino, primero has tenido que escucharlo. 

La llegada de la Bodega al Bierzo es una apuesta por la calidad, por la tradición y el buen hacer. De esta forma, Bodegas Emilio Moro reafirma su compromiso continuo con la calidad y la innovación.

Las nuevas instalaciones de Bodegas Emilio Moro completan la inversión de compra y puesta en producción de parcelas que suman más de 60 hectáreas, lo que le convierte en parte en responsables de un cambio positivo del entorno a través de una contribución en materia de empleo, de desarrollo económico y la reconversión del horizonte natural y paisajístico potenciando El Bierzo como una de las zonas de referencia de elaboración de vinos blancos de la variedad Godello.

La bodega se divide en zona de recepción de uva, la sala de elaboración con depósitos de acero inoxidable y la sala de barricas y fudres, además de una amplia superficie destinada a oficinas y a recepción de visitas y celebración de catas. Precisamente, es el área de enoturismo una de sus apuestas más fuertes, por ello, ofrecen dos experiencias a través de las cuales, aquellos que se acerquen a la bodega, podrán conocer la zona en un entorno único.

La cueva del Moro, huellas de una premonición

"A través de un viaje a la esencia berciana, hemos dado con algunas de las huellas que los pobladores de la zona dejaron hace miles de años en forma de pinturas rupestres. Este testimonio, encontrado en las paredes de la Cueva del Moro, situada a pocos kilómetros de la bodega del Bierzo, ha permitido que desde Bodegas Emilio Moro nos embarquemos en un viaje a los orígenes de esta tierra y así, poder conocer la singularidad berciana representada en su paisaje, sus viñedos y, por supuesto, en nuestros vinos" comentan portavoces de la marca sobre estas "huellas" que recogen en la etiqueta de sus tres nuevos godellos: El Zarzal, Polvorete y La Revelía.