Si bien es cierto que suficientes rutinas y responsabilidades tenemos ya establecidos durante el año, cierto también es que hay personas que buscamos mantener esos hábitos y horarios estando de vacaciones. Porque nos da paz, porque nos proporciona actitud positiva y, sobre todo, porque los buenos hábitos solo aportan cosas ...
Si bien es cierto que suficientes rutinas y responsabilidades tenemos ya establecidos durante el año, cierto también es que hay personas que buscamos mantener esos hábitos y horarios estando de vacaciones. Porque nos da paz, porque nos proporciona actitud positiva y, sobre todo, porque los buenos hábitos solo aportan cosas buenas. No olvides
esto. Y es que somos animales de costumbres; si estas son positivas derivarán en valores y si son negativas…en vicios.
Así que para animarte a hacer de este verano tu verano, ese en el que conseguiste incorporar y/o mantener hábitos saludables y así mejorar la versión de ti misma, he escrito algunas ideas para animarte a probar y a descubrir que algunas prácticas pueden convertirse en rutina y estas en hábitos, sin apenas esfuerzo y sin darte apenas cuenta.
En este último artículo de la temporada 2 no profundizaré en los hábitos -porque para eso ya tienes el artículo 7 Para que los hábitos te ayuden en lo que te propongas que recomiendo leer- sino que sencillamente te voy a animar, con algunos tips, a que incorpores prácticas durante las vacaciones y pruebes de mantenerlas durante el verano y así convertirlas en rutina de cara a la rentrée.
No se trata de que las pongas todas en práctica o de que te agobies por solo haber probado una o ninguna. Sencillamente es una lista de ideas que he ido exponiendo a lo largo de todos los artículos escritos y que dejo aquí en formato lista para que pruebes de poner alguna en práctica, si es que te apetece. En verano estamos más descansados, más animados y motivados. Es un buen momento para probar cosas nuevas y más si estas son hábitos o costumbres saludables.
Tener unas rutinas, o haber conseguido poner en práctica alguna de ellas, te permitirá escoger cuáles quieres integrar y mantener para que se conviertan en hábitos de la vuelta a la vida cotidiana. Vamos allá!
Si no tienes, hazte con una agenda digital! O créala tú misma en un documento o en las notas de tu móvil. Se acabó lo de no recordar qué tienes pendiente, qué has hecho o qué te apetece hacer. Si ya la usas, perfecciona las anotaciones programando planes o "melones por abrir". Lo que anotas es más fácil de ejecutar.
Escribe. Los expertos recomiendan escribir a mano pero a mí me gusta infinitamente más hacerlo a ordenador. El fin es el mismo: expresar por escrito lo que te apetezca. Escribir pone en orden las ideas.
Organízate. Tener la agenda que ya hemos mencionado te va a ayudar a mejorar este aspecto, pero si quedan otros temas pendientes ponte a ello. Por ejemplo: ordena ese cajón o armario en el que no sabes ni qué guardas dentro. Spoiler: por mucha pereza que te dé hacerlo, te dará paz. Saber lo que hay y dónde está produce sosiego porque el orden es tiempo y el tiempo es vida.
Iníciate en el mundo de los podcast. Si ya consumes habitualmente, intenta descubrir nuevos y si no acostumbras a escucharlos entra en alguna plataforma, busca la temática que más te interese, disfruta y aprende, porque te aseguro que se aprende y no poco! Los podcast permiten escuchar lo que te apetece cuando te apetezca.
Si te animas a ordenar ese cajón o armario que he mencionado por aquí arriba que sea el de la ropa de invierno. Aprovecha y selecciona las prendas que menos te gusten y menos te hayas puesto y véndelas. Es tan sencillo como escoger una plataforma de segunda mano y darle otra oportunidad a las prendas que ya no uses. Las hay con muy buenas condiciones para el usuario. Infórmate, escoge y lánzate. Es una manera de recuperar algo de dinero, que aunque sea poco siempre será más que nada. Hacerlo te ayudará a reflexionar sobre próximas compras.
Empieza a escoger tus looks el día de antes. Ya sea para salir a pasear o para ir a la playa. Poner en práctica esto también favorece el punto anterior, ya que montar con tiempo los looks permite ser consciente de las prendas que tienes, las que te faltan o las que ya no utilizas. Además, es una tranquilidad levantarte y saber qué ponerte porque las mañanas pueden torcerse en un chasquido. Escoger un look respetando tu estilo hará que te sientas bien y te veas mejor.
Haz una lista de la compra. Te animo a que la hagas digital y si no vives sola, compártela con quien vivas de manera que todos los miembros podáis anotar en la misma lista lo que falte. Dedica un solo día a hacer la compra; ahorrarás tanto tiempo como dinero. Eso sí, te recomiendo anotar en el momento lo que detectes que falta o se gasta porque de no hacerlo así lo más probable es que lo olvides, a no ser que tengas una memoria prodigiosa. Una recomendación top para esta idea es que hagas una lista de lo que sueles comprar en cada establecimiento y con el sistema de check, si es que tu sistema operativo lo tiene, marques aquello que debes comprar. De esta manera no tendrás que escribirlo. Organizarte es la mejor forma de transformar tu vida.
Prueba el batch cooking. Si no lo has puesto en práctica nunca empieza por dejar preparado un menú. Nada más levantarte ponte ropa cómoda y entra en la cocina para dejar listo el menú del día. Pasar el día fuera haciendo los planes que tengas y al volver a casa tener la comida preparada en la nevera hará que te caigas muy bien. Cuando lo hayas probado querrás caerte mejor y te animarás con la cena. Poner en práctica esto en vacaciones te hará coger práctica y en otoño estarás programando 3 menús de comidas y cenas como quien cose y canta. Si yo he podido…
Madruga. No lo hagas cada día, aunque si eres del club alondra te fascinará hacerlo, como a mí. Pero prueba de madrugar un par de días y dedícale tiempo a lo que te apetezca o necesites: leer con los primeros rayos de sol, darte un baño en el mar con la playa apenas sin gente, ir al mercado a primera hora, hacer alguna gestión, salir a caminar o disfrutar de la paz en ese rato en el que todos duermen. Madrugar es ganarle tiempo al tiempo.
Haz ejercicio. Prueba a hacerlo nada más levantarte y te aseguro que tu mood cambiará. No necesitas ir a un gimnasio. Hay montones de perfiles fit en redes con infinidad de ejercicios que puedes hacer en casa. Empieza con 20´ y ve aumentando poco a poco hasta que hagas unos 30-40 minutos en una sesión. Te sorprenderá ver lo rápido que pueden llegar a pasar y bien que sienta al cuerpo y a la mente. Da el paso y ponte a ello! No hace falta mencionar aquí la infinidad de beneficios de hacer deporte. No practicarlo debería ser la excepción y no la regla.
Da el paso y reduce el consumo de azúcares añadidos. Puedes adoptar 2 actitudes en relación a este tema: 1. ¿En verano, con heladerías en cada esquina? ¡Ni hablar!
2. En verano es una buena opción, porque no voy tan estresada y no siento tanta ansiedad por comer dulce. ¡Lo voy a intentar! Ambas versiones eres tú, solo tienes que intentar que la versión 2 hable más alto. Siempre es más fácil de la mano de un nutricionista, pero no es imposible conseguirlo por méritos propios. Puedes intentar probar a ver qué tal sale! La vida no es ni amarga ni agria sin azúcar.
Reduce el consumo de tabaco, para conseguir dejar de fumar. Traza un plan de desintoxicación. Las vacaciones traerán consigo la paz que probablemente no sientes durante el año. Aprovéchala y reduce el consumo de cigarrillos diarios.
Márcate unos tiempos, comprométete a cumplirlos y motívate con cada pequeño logro que consigas. Te recomiendo leer el artículo 11 en el que hablo sobre mi proceso de desintoxicación de nicotina. A veces no es lo que más apetece hacer pero es lo que más conviene.
Y hasta aquí estas 12 ideas que me ha apetecido compartir contigo. Con ellas pretendo animarte! Motivarte a probar alguna y decidir si quieres integrarla en tu día a día con el fin de convertirla en una rutina para que derive en un hábito. Tanto si pones en práctica alguna pero no la mantienes como si directamente no pruebas ninguna, no te cierres. Date tiempo, vuélvelas a leer pasados unos días, anota la que más te guste o encaje y prueba de ponerla en práctica por primera vez o de nuevo. No hay ideas fáciles o difíciles sino que depende del lugar desde donde te las plantees. Busca ese lugar que te haga ver accesible aquello que te apetece conseguir y pruébalo. Probar es la antesala a decidir y decidir es empezar.
Disfruta el verano!