Este problema, más común de lo que pensamos, es una afección que comparte muchas causas de la infertilidad primaria, si bien la infertilidad secundaria es un problema complejo que puede estar influenciado por otra serie de factores, tanto físicos como emocionales. Por ejemplo, por el estrés y la angustia pues las expectativas de tener otro bebé se ven frustradas por la incapacidad para concebir nuevamente. A diferencia de la infertilidad primaria, que se refiere a las parejas que nunca han podido tener hijos, la infertilidad secundaria es a menudo inesperada, lo que puede añadir una capa adicional de estrés. 

Las causas de la infertilidad secundaria pueden ser variadas y a menudo similares a las de la infertilidad primaria, como decíamos antes. Entre las principales causas podemos enumerar:

- Edad: La calidad y cantidad de óvulos disminuyen con el tiempo, especialmente si la primera concepción ocurrió cuando la mujer era más joven.

- Problemas hormonales: Condiciones como la disfunción ovárica o el síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden afectar la fertilidad.

- Problemas estructurales: La presencia de adherencias, miomas uterinos o daños en las trompas de Falopio puede dificultar la concepción.

- Complicaciones en el parto anterior: Infecciones, cirugías o complicaciones durante el parto previo pueden dejar secuelas que afectan la fertilidad.

- El estado de salud y nuestro estilo de vida también pueden influir negativamente.

- Trastornos genéticos: Algunas condiciones genéticas pueden surgir o agravarse después del primer embarazo, afectando la fertilidad.

- Enfermedades crónicas: Condiciones médicas crónicas no diagnosticadas o mal gestionadas, como la diabetes o la tiroides, pueden influir en la capacidad de concebir.

- Factores nmunológicos: A veces, el sistema inmunológico puede desarrollar respuestas que afectan la implantación o la viabilidad del embarazo.

El estilo de vida y la salud general también influyen significativamente en la fertilidad. Factores como el aumento de peso, el estrés, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo y el abuso de sustancias tóxicas pueden impactar negativamente la capacidad de concebir. Asimismo, en algunos casos, infecciones o cirugías previas pueden haber dejado secuelas que afectan la fertilidad.

Por eso, para abordar la infertilidad secundaria es indispensable que las parejas busquen el asesoramiento médico adecuado. En este sentido, los tratamientos disponibles varían en función de la causa del problema. En algunos casos, los cambios en el estilo de vida, como la adopción de una dieta equilibrada, la pérdida de peso y la reducción del estrés pueden mejorar las posibilidades de concepción. En otros, los tratamientos médicos, como los medicamentos para estimular la ovulación o las intervenciones quirúrgicas para corregir problemas estructurales, pueden ser necesarios.