En 2022 Justin Bieber tuvo que cancelar su gira internacional por una parálisis facial a consecuencia del síndrome de Ramsay Hunt, conocido popularmente como herpes zóster. Esta infección causada por el virus de la varicela hasta hace poco se asociaba a personas de la tercera edad.

Sin embargo, en los últimos años ha cobrado un especial protagonismo por el rápido aumento de su incidencia. Se sabe que entre 1998 y 2019 su prevalencia aumentó en todas las edades, pero especialmente entre las personas de 30 y 40 años, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. En España, el herpes zóster afecta al 20% de la población.

¿Qué es el herpes zóster?

Se trata de una enfermedad producida por el virus varicela zóster, el mismo virus que causa la varicela en la infancia. Tras el padecimiento, generalmente sin complicaciones, el virus se queda alojado en las raíces nerviosas, para reactivarse meses o años más tarde causando lo que se conoce como herpes zóster.

La clínica del herpes zóster consiste en un dolor ardiente seguido de la aparición de pequeñas manchas rojas en la piel que más tarde se convierten en vesículas (pequeñas ampollas llenas de contenido líquido) y que se distribuyen como una cinta, generalmente en una zona concreta de un solo lado del cuerpo. Aparecen principalmente en el tronco, pero también puede ocurrir en la zona de la cabeza. La erupción es también conocida popularmente como "culebrilla". Una vez que la erupción ha sanado puede quedar dolor del nervio, lo que se conoce como neuralgia posherpética, en la región de la piel previamente afectada, que puede persistir durante varios meses o años.

¿Quién puede contraerlo?

Como explica el Ministerio de Sanidad, cualquier persona que haya tenido varicela puede desarrollar herpes zóster. La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, si bien es más frecuente a partir de los 50 años. Además, la probabilidad de desarrollarla aumenta en personas con inmunosupresión o estrés.

Cabe señalar, además, que el herpes zóster generalmente solo ocurre una vez, pero ocasionalmente puede repetirse. Por otro lado, no se adquiere por contacto, pero las vesículas contienen el virus varicela zóster y, por tanto, son infecciosas. Así pues, las personas que aún no han padecido varicela o que no han sido vacunadas pueden infectarse si entran en contacto con las vesículas del herpes zóster, en cuyo caso desarrollarían una varicela.

¿Cómo se previene el herpes zóster?

La vacunación es la medida más efectiva. En España hay disponible una vacuna frente a herpes zóster inactivada, producida por técnicas de recombinación de ADN que contiene la glicoproteína E del virus varicela zoster y un adyuvante. La pauta de vacunación consiste en dos dosis con un intervalo entre 2 y 6 meses entre dosis, que se administran por vía intramuscular.

Esta vacuna previene 9 de cada 10 casos de herpes zóster en personas mayores de 50 años, si bien es igual de eficaz en todas las edades.

Dada la gran eficacia de la vacuna y el impacto del herpes zóster, Sanidad recomienda la vacunación en todas las personas con grandes inmunodeficiencias (VIH, trasplante de órgano sólido, tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia…) y en las personas de 65 años.