Los especialistas inciden en señalar los efectos negativos asociados a los excesos de radiación solar, destacando la importancia de la insolación y las quemaduras solares por su repercusión sobre la salud: 1-La insolación se considera una emergencia de rápido desarrollo y que precisa tratamiento inmediato. Esta situación se genera cuando nos ...
Los especialistas inciden en señalar los efectos negativos asociados a los excesos de radiación solar, destacando la importancia de la insolación y las quemaduras solares por su repercusión sobre la salud:
1-La insolación se considera una emergencia de rápido desarrollo y que precisa tratamiento inmediato. Esta situación se genera cuando nos sometemos a una larga exposición al sol en la que no se produce la sudoración suficiente para bajar nuestra temperatura corporal a niveles adecuados. Los grupos de población más afectados serían los ancianos, los bebés, las personas que trabajan al aire libre y quienes toman ciertos medicamentos.
Entre los síntomas de insolación destacarían: temperatura corporal elevada, dolor de cabeza, mareo, fatiga, agitación, confusión, desmayo y taquicardia que deben ser consultados al médico.
Sería recomendable, como primer paso, colocar al afectado en el interior, tumbado en un ambiente fresco y con los pies en alto. También es preciso favorecer la sudoración e intentar enfriarle lentamente, aplicando agua fría lentamente, porque hacerlo con brusquedad aumentaría el problema. Suele ser necesario aplicar sueros intravenosos y reposo en casa durante unos días tras superar el momento crítico.
Es posible prevenir su aparición evitando las horas de temperatura más alta, bebiendo agua y bebidas isotónicas, siendo cuidadoso si se padece alguna enfermedad crónica y vistiendo ropa ligera, de algodón y colores claros.
2-Las quemaduras solares provocan síntomas, en principio temporales, aunque el daño cutáneo es permanente y puede tener efectos a largo plazo. Se manifiestan con piel roja caliente al tacto y sensible, ampollas posteriormente, piel que se cae en las áreas quemadas días después y reacciones que incluyen fiebre, escalofríos y erupción cutánea.
A pesar de que cualquiera puede quemarse, los más sensibles son los bebés, los niños pequeños, las personas de piel clara y quienes consumen determinados medicamentos considerados fotosensibles.
Las medidas adecuadas para prevenir su aparición están focalizadas en aplicar media hora antes de la exposición y repetir con frecuencia protectores solares eficaces, emplear un bálsamo labial protector y utilizar sombrero y camisetas y gafas.
Cuando ya tienes la quemadura, se recomienda enfriar la zona con agua del grifo. Bajo prescripción médica, se pueden aplicar cremas de cortisona por vía tópica o tomar analgésicos o antiinflamatorios por vía oral. Acude al médico si se presentan mareos, taquicardias, sed extrema, ausencia de orina, fiebre, deshidratación, escalofríos, náuseas o dolor ocular relacionados (o no) con la quemadura.
La insolación y las quemaduras deben ser tratadas por el médico por lo que sería recomendable acudir a un centro médico, a urgencias o pedir una ambulancia. La decisión dependerá delos síntomas que presenta la persona afectada.