Según la ciencia, cuando ciertas partes de nuestro cerebro trabajan juntas, forman conexiones. Si te sientes agradecida, tus neuronas agradecidas trabajarán juntas, haciéndote sentir positiva. Si siempre estás quejándote, tus neuronas quejosas se conectarán más, haciéndote sentir negativa. Nuestra mente y nuestro cuerpo funcionan en función de lo que les ...
Según la ciencia, cuando ciertas partes de nuestro cerebro trabajan juntas, forman conexiones. Si te sientes agradecida, tus neuronas agradecidas trabajarán juntas, haciéndote sentir positiva. Si siempre estás quejándote, tus neuronas quejosas se conectarán más, haciéndote sentir negativa. Nuestra mente y nuestro cuerpo funcionan en función de lo que les damos.
Por lo tanto, si quieres parecer atractivo ante los demás, debes alimentar bien tu cuerpo. Cuando nutres tu cuerpo adecuadamente, naturalmente obtendrás el poder de hacer mejores cosas. Recuerda, así como lo que comes afecta tu cuerpo, lo que piensas afecta tu mente.
Alimentar tu mente con positividad puede tener un profundo impacto en tu forma de interactuar con el mundo.
Sabes, a veces me pregunto por qué sentimos la necesidad de cambiar sólo para complacer a los demás.
La gente respeta a quien dice lo que piensa, más que a alguien que siempre accede a su petición o invitación. Porque cuando dices "no" a los demás, la gente ve lo real que eres, que tienes prioridades y que puedes ser honesto acerca de tus sentimientos.
Claro, decir no puede hacer que tu estómago se revuelva, pero si puedes superar ese sentimiento, comenzarás a sentirte bien contigo mismo. Si las personas que te rodean realmente se preocupan, entenderán tus razonamientos para decir que no a veces. Porque si no te tratas a ti mismo como el número uno, los demás te tratarán como el número dos.
Puedes quejarte todo lo que quieras de lo apesta que es la vida y seguir preguntándote: ¿por qué no soy tan inteligente, rico, simpático, exitoso, influyente o atractivo como mi mejor desigual? Pero al final del día, no te estás ayudando a crecer. No estás tratando de mejorar.
Tómate el tiempo para estudiar qué hace brillar a los demás ¿Es su honestidad, su forma de comportarse o es otra cualidad que realmente los hace destacar? Practica una y otra vez. Pregunta si es necesario. Porque si quieres ser el mejor, tienes que estar dispuesto a aprender de los mejores.
Es divertido hablar con los demás, pero en el momento en que la conversación muere porque nadie tiene nada más que decir es cuando empiezas a aburrirte de esa persona. No seas esa persona, la que mira ansiosamente hacia otro lado mientras te devanas los sesos buscando un buen tema.
Si quieres salvarte de esa situación, tienes que hacer que la gente sienta curiosidad por ti, y la única manera es si tú mismo sientes curiosidad. Aprende cómo funcionan las cosas. Pregúntate por qué la gente se comporta como lo hace. Lea sobre lo que está sucediendo en el mundo en este momento.Porque cuando tienes una docena de cosas más que decir, la gente automáticamente piensa que eres un compañero inteligente e interesesante.
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