Se denomina kéfir a los gránulos gelatinosos con los que se fermenta la leche y al producto resultante. Es una bebida fermentada y cremosa considerada un buen probiótico que facilita la digestión y refuerza las defensas. A nivel nutricional, el kéfir aporta pocas calorías, grasas e hidratos de carbono. Contiene ...
Se denomina kéfir a los gránulos gelatinosos con los que se fermenta la leche y al producto resultante. Es una bebida fermentada y cremosa considerada un buen probiótico que facilita la digestión y refuerza las defensas. A nivel nutricional, el kéfir aporta pocas calorías, grasas e hidratos de carbono. Contiene vitaminas (A, D, del grupo B y K), proteínas y minerales (calcio, fósforo y magnesio), enzimas y probióticos.
Es posible encontrarlo en supermercados y centros especializados en forma de leche, agua y té, con similares propiedades pero diferentes presentaciones y aplicaciones. Su aspecto es similar al de la coliflor, de consistencia gelatinosa y blanda, con nódulos recubiertos por un polisacárido. Mira la etiqueta porque tiene fecha de caducidad.
A pesar de que no suele estropearse, puedes reconocer que se encuentra en mal estado, cuando cambia de color (se vuelve amarillo oscuro o marrón), presenta moho en su superficie, huele rancio (en vez de su característico olor agrio) o se produce una separación de los líquidos.
Puedes prepararlo en casa (a partir de leche de vaca o de cabra, por ejemplo) o comprarlo ya elaborado (solo o con frutas, por ejemplo). Combina muy bien con numerosos alimentos dulces (miel, fresas, plátano o cereales) o salados (carnes o pasta, por ejemplo).
Entre las recomendaciones en la cocina destacarían:
1-El queso de kéfir puede emplearse para elaborar tostas con salmón, por ejemplo.
2-Utilizalo en el desayuno combinado con cereales integrales, frutos secos, frutas y semillas, por ejemplo.
3-Es un ingrediente adecuado para elaborar salsas (con ajo, perejil y aceite, por ejemplo) para acompañar ensaladas, verduras, carnes o pasta.
4-Puede emplearse para preparar platos de repostería (tartas, galletas y bizcochos, por ejemplo) como sustituto de los lácteos.
5-Resulta adecuado para elaborar batidos de frutas y helados naturales.
Entre los beneficios atribuidos al consumo de kéfir destacaría que se considera que es totalmente digerible, regula el sistema digestivo, facilita la recuperación de la flora intestinal, favorece la actividad del sistema inmunitario, aumenta la absorción de calcio mejorando los problemas óseos asociados a la edad, antibiótico natural y optimiza la actividad metabólica.
A pesar de todo, puede provocar efectos secundarios como gases, hinchazón, náuseas, diarrea o dolor de estómago. El que se elabora a partir de productos lácteos no resulta adecuado para personas con alergia a la leche o sensibilidad a la lactosa, por ejemplo. No se recomienda su consumo a personas con un sistema digestivo sensible o debilitado porque puede llegar a producir malestar y diarrea, cuando existen daños en la mucosa intestinal (como en la colitis ulcerosa) ni a quienes siguen tratamientos con fármacos inmunosupresores, por ejemplo.