Las definiciones de felicidad son numerosas. Aristóteles consideraba que era una combinación de los bienes externos, el cuerpo y el alma. Freud creía que es un estado de ánimo que se presenta como resultado de satisfacer las necesidades acumuladas que han alcanzado un nivel elevado de tensión. También se define ...
Las definiciones de felicidad son numerosas. Aristóteles consideraba que era una combinación de los bienes externos, el cuerpo y el alma. Freud creía que es un estado de ánimo que se presenta como resultado de satisfacer las necesidades acumuladas que han alcanzado un nivel elevado de tensión. También se define como un estado de satisfacción plena, subjetivo, que cada persona la experimenta de una manera distinta, que puede estar provocada por diferentes cosas o situaciones en función del significado que cada persona les da y puede ser duradera o finita.
Las hormonas que provocan felicidad (serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina) pueden ser generadas realizando ciertas acciones diarias que, además, permiten reducir los pensamientos negativos. Destacarían:
1-Abrazar a otros.
El contacto físico reduce la segregación de cortisol y se liberan oxitocina y serotonina. Recibir o dar un abrazo se asocia con la reducción del estado de ánimo negativo que aparece cuando sentimos un problema personal. El abrazo es satisfactorio en todas las etapas del desarrollo de los seres humanos.
2-Emplear un diálogo positivo
Las relaciones positivas con uno mismo son imprescindibles para lograr la felicidad. Cuando no alcanzamos nuestras propias expectativas, nos comunicamos de manera negativa con nosotros mismos. La manera en la que nos tratamos influye directamente en la narrativa que creamos sobre nosotros mismos y condiciona nuestra conducta futura. Hablarnos en segunda persona nos permite distanciarnos de nuestras emociones y somos más racionales, e incluso más optimistas.
3-Mejorar las relaciones sociales
Los seres humanos somos animales sociales. No podemos evolucionar correctamente sin un entorno social que nos apoye. Dedicar un rato cada día a la socialización es fundamental para sentir felicidad. Algunos estudios señalan que las personas felices son las que mantienen buena calidad en sus relaciones con amigos y familia. Relacionarnos con los demás estimula nuestro cerebro, nos hace más creativos y más adaptables a los cambios.
4-Practicar ejercicio físico
Los expertos señalan la relación entre el deporte y la calidad de vida y que practicar ejercicio proporciona felicidad. Correr, nadar o remar generan mayor cantidad de endorfinas, hormonas encargadas de aliviar la sensación de dolor y reducir las emociones negativas. De manera general, el deporte aporta felicidad y más si se realiza en grupo. Cuando se practica en exceso, podría no ser beneficioso para la salud mental y las emociones positivas como la felicidad.
5-Reconocer las emociones
Permite reducir la actividad de la amígdala, la zona del cerebro que se activa cuando nos emocionamos. Algunas escuelas de psicología recomiendan escribir o hablar sobre lo que nos sucede para identificar, gestionar y expresar las emociones y poder distanciarnos de algunos problemas, analizarlos con otra perspectiva y gestionarlos mejor. En este registro (realizado en un cuaderno, agenda, tablet u ordenador, por ejemplo) puedes incluir pensamientos, experiencias, reflexiones y hábitos con absoluta libertad.