Los expertos de General Optica nos muestran cuándo deberíamos revisarnos los ojos tanto nosotros como nuestros hijos: - De los 6 a los 12 meses: si el bebé desvía algún ojo o en las revisiones pediátricas se detecta alguna anomalía ocular será necesaria una revisión por nuestro óptico de confianza. - De 1 a 2 ...
Los expertos de General Optica nos muestran cuándo deberíamos revisarnos los ojos tanto nosotros como nuestros hijos:
- De los 6 a los 12 meses: si el bebé desvía algún ojo o en las revisiones pediátricas se detecta alguna anomalía ocular será necesaria una revisión por nuestro óptico de confianza.
- De 1 a 2 años: a esta edad se puede valorar si el niño posee un correcto alineamiento ocular o presenta errores de refracción, y si sus habilidades visuales son las que corresponden a su edad. A los 18 meses se podrá explorar el fondo de ojo dilatando su pupila.
- De 3 a 4 años: es conveniente evaluar su agudeza visual. Si se detecta ojo vago en esta edad se puede corregir, ya que el pequeño no ha completado su desarrollo. Además, el profesional podrá valora si el niño tiene miopía, astigmatismo o hipermetropía y, por tanto, necesita gafas.
- De 6 a 15 años: en esta edad los niños se encuentran en pleno desarrollo, por lo que es necesaria la realización de pruebas orientadas a comprobar que el funcionamiento de los ojos sea equilibrado. Se realiza una revisión de la visión de cerca y de lejos para confirmar que todo es correcto, ya que de lo contrario el rendimiento escolar podría verse afectado.
- De 16 a 40 años: en esta etapa los ojos están sometidos a un alto nivel de esfuerzo, ya que las jornadas de estudio y de trabajo, además del tiempo de exposición a las pantallas, suele ser muy elevado. Un servicio visual personalizado supone realizar pruebas de valoración del rendimiento visual en función de la actividad que se realiza, o pruebas específicas para cuadros en los que exista sintomatología como la fatiga ocular.
- De 41 a 65 años: en este tramo de edad las revisiones visuales periódicas son recomendables porque se producen los primeros síntomas de la vista cansada y hay que ir actualizando de manera continuada la graduación para compensar la presbicia.
- A partir de los 65 años: cuando la persona es mayor debe cuidar al máximo la visión, lo que le permitirá mantener su independencia. Las pruebas en esta franja de edad estarán centradas en la prevención de problemáticas visuales que puedan mermar la calidad de vida del paciente.