La revista Consumer informa de que según este Libro Blanco "es necesario insistir sobre la importancia de no utilizar los colutorios sin indicación y supervisión del dentista". Y más en el grupo de mayores de 65 años, en el que se detecta hasta un 72% de usuarios que los utilizan, al menos, ...
La revista Consumer informa de que según este Libro Blanco "es necesario insistir sobre la importancia de no utilizar los colutorios sin indicación y supervisión del dentista". Y más en el grupo de mayores de 65 años, en el que se detecta hasta un 72% de usuarios que los utilizan, al menos, de forma ocasional.
El enjuague bucal no sustituye al cepillado.
Un colutorio, también conocido como enjuague bucal, se utiliza con distintos objetivos: mejorar la higiene bucal, refrescar el aliento y prevenir o tratar problemas bucales como la gingivitis, la caries y la halitosis (mal aliento). "No es un sustituto del cepillado, aunque en algún momento tendamos a hacer un enjuague rápido para salir del paso", asegura Óscar Castro, presidente del Consejo General de Colegios de Dentistas. "El cepillado es la verdadera clave de la higiene oral, porque es la forma de eliminar la placa bacteriana, el microfilm que se forma en los dientes y en donde están las bacterias que provocan gingivitis y caries. Todo eso lo emulsionamos con la pasta de dientes, que puede ser medicinal o simplemente refrescante", añade.
Los colutorios, salvo prescripción médica, no son necesarios. "Pueden utilizarse siempre que no se trate de colutorios medicinales, es decir, que no tengan una indicación terapéutica específica", explica. Se refiere a los colutorios anticaries, antigingivitis, antisarro, antisépticos, blanqueadores o desensibilizantes. Para este tipo de enjuagues, las recomendaciones del Consejo de Dentistas son claras: únicamente deben usarse cuando el dentista lo prescribe, "ya que están indicados para cada situación clínica concreta y no son aptos para todos los pacientes. Por tanto, no se deben usar sin prescripción". El uso de colutorios medicinales sin que estén prescritos por un profesional entraña diversos riesgos: altera la microbiota intestinal, puede interactuar con diversos medicamentos, puede desarrollar irritación en las mucosas y encías y puede enmascarar otros problemas de salud más graves.
Si nos gusta utilizar los refrescantes porque nos dan una agradable sensación de frescura en la boca y mejoran nuestro aliento, no hay problema.
Los efectos adversos del uso de colutorios
Nuestra boca es un ecosistema en el que se encuentran más de 700 especies diferentes de bacterias. "En cada milímetro de saliva encontramos decenas de millones de microorganismos. Es muy importante comprender que cumplen una función, y que hay algunos que pueden ser patógenos y otros beneficiosos. Es todo una cuestión de equilibrio", explica Alex Mira, investigador del Laboratorio de Microbioma Oral de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) a la revista Consumer. Y este equilibrio, tan importante para nuestra salud, puede alterarse con un uso excesivo o inadecuado de determinados colutorios. "Enjuagarse a diario con un producto antiséptico puede hacer que se desequilibre el balance de la microbiota en beneficio de los microorganismos patógenos. Porque un antiséptico va a eliminar tanto bacterias buenas como malas", advierte Óscar Castro. Así, el uso continuado de este tipo de colutorios puede hacer que desaparezcan las bacterias que impiden el asentamiento de patógenos que provocan infecciones por cándidas u hongos.
Además, algunos ingredientes de los colutorios pueden interactuar con otros medicamentos que esté tomando una persona, lo que puede provocar efectos secundarios no deseados o reducir la efectividad de los fármacos. Ciertos colutorios pueden contener ingredientes que son demasiado fuertes o irritantes para las encías y tejidos blandos de la boca, lo que puede causar inflamación, enrojecimiento y dolor. Otros pueden aumentar la sensibilidad dental. Por último, el uso de colutorios puede proporcionar alivio temporal de los síntomas, como el mal aliento o el dolor de garganta, pero no aborda la causa subyacente del problema. Esto puede llevar a un retraso en el diagnóstico y tratamiento adecuados de condiciones bucales más serias.
Respecto al uso en niños, los dentistas recomiendan que los menores solo utilicen un enjuague bucal si así se lo prescribe un dentista y nunca por indicación paterna. "El dentista puede indicar a un niño con tendencia a tener caries un colutorio con flúor que sirva como ayuda a la pasta de dientes. Además, debe tratarse de fórmulas suaves, no agresivas y que no contengan alcohol", recomienda Óscar Castro, presidente del Consejo General de Colegios de Dentistas. Además, es importante tener en cuenta que los menores de seis años no pueden usar estos productos. Antes de esa edad, el niño puede no haber desarrollado completamente sus reflejos para tragar, por lo que hay riesgo de ingesta", concluye Castro.