Te contamos los secretos de... ¡Albacete!

Sofía Borrás

Desde siempre se ha dicho que Albacete es una ciudad de paso, pero tiene muchas razones, algunas poco conocidas, para merecer una visita. Hay muchas, pero aquí destacaremos algunas.

24/05/2024

La cúpula azul que reta al cielo Es uno de los símbolos en el centro de Albacete, entre varias casas señoriales que nacieron en los comienzos del siglo XX. La Casa Cabot Jubany compite con su vecina en la calle Mayor la Casa de Juan López en esplendor de las fachadas inspiradas en el Barroco ...

La cúpula azul que reta al cielo

Es uno de los símbolos en el centro de Albacete, entre varias casas señoriales que nacieron en los comienzos del siglo XX. La Casa Cabot Jubany compite con su vecina en la calle Mayor la Casa de Juan López en esplendor de las fachadas inspiradas en el Barroco pero también en el Modernismo de la época. 

 

La calle cubierta más bella de España

Lleva el nombre del hombre que la mandó construir en 1925, Gabriel Lodares, y se conoce como Pasaje Lodares y es, sin duda, el símbolo de Albacete y lugar de visita imprescindible a cualquier hora del día porque gracias a su cubierta de hierro y cristal y su luz cenital, cambia su aspecto permanentemente. Hay que apreciar sus retorcidos balcones de forja, sus elaboradas cornisas, sus estatuas y, sobre todo, esa luz tamizada que proyecta su techo acristalado, en la mejor tradición de las galerías comerciales decimonónicas en Europa.

 

Un refugio antiaéreo que cuenta la historia de la ciudad

A propósito de la Guerra Civil, en la plaza del Altozano, la más popular de Albacete con magníficos edificios que la rodean, con parterres y fuentes situados en el centro y con dos esculturas que representan dos símbolos de la ciudad: el Monumento al Cuchillero, y la Bicha de Balazote, una reproducción en bronce de esta esfinge que evoca el origen ibero de Albacete. 

 

Una catedral de cien estilos

Los que quieran estudiar estilos arquitectónicos tienen un excelente escenario en la catedral de San Juan Bautista, gracias a los cuatro siglos que llevó su construcción, desde el mudéjar al siglo XX. Sus cuatro columnas renacentistas fueron la causa para parar las obras y son hoy la principal razón para visitarla. Sobre la antigua iglesia mudéjar se alzaba un templo de base gótica y corona barroca, sostenido en la parte central por cuatro gigantescas columnas renacentistas. 

 

Teatro, circo, auditorio... todo en uno

Sólo hay seis en el mundo y éste es el más antiguo, también es el único en España que mantiene una doble funcionalidad escénica y estructural tanto para teatro como para espectáculos circenses, y además también es sala de cine y teatro de ópera. El Teatro Circo (Isaac Peral s/n) fue concebido en el año 1886 por un grupo de inquietos ciudadanos, ávidos por presenciar espectáculos teatrales en un lugar digno y preparado, que tuvieron la idea de crear una sociedad, que llamaron Sociedad del Teatro Circo, compraron un solar y acometieron la empresa de construir un teatro, el primero y el único con el que contaría la ciudad durante varios años. Tiene un exterior un tanto anodino, pero todo cambia al penetrar en él. Su estilo europeo de columnas y estructura de hierro se combina con el árabe de sus arquerías que rezan en árabe la frase Alá es grande porque es amor. Además, la cúpula del coliseo es una representación del cielo nocturno donde se pueden contemplar las constelaciones y las estrellas. En él se celebra cada año en febrero el Festival Internacional de Circo de Albacete, uno de los más prestigiosos del mundo. Aspira a ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 

Un vermut y una croqueta

Con las primeras visitas llega la hora del aperitivo y lo que apetece es un buen vermut. Difícil elección en La Bonita de 1850 (Tejares, 10) que propone hasta 250 referencias. El lugar y lo que allí se ofrece es la fusión perfecta entre tradición y modernidad. Su carta está enfocada al picoteo y a compartir, con una calidad de producto y presentación muy notables. Entre sus tapas más originales están el ceviche de corvina y las lendrecillas con ajetes. Aunque si de tapas se trata y de una de las especialidades más características de España, la croqueta, también Albacete es el lugar adecuado. En la pasada edición Madrid Fusión se ha sentenciado que la mejor croqueta de España se ofrece en el restaurante Ababol (Calderón de la Barca, 14) que regenta el joven chef Juan Monteagudo, única estrella Michelin de la ciudad. Es cremosa por dentro y crujiente por fuera, como mandan los cánones del buen comer. Deliciosa en su sabor y perfecta en su textura. El truco, si es que lo hay, son los ingredientes con los que está elaborada: leche de oveja y vaca, nata, mantequilla, jamón ibérico y un poco de gelatina de cola de pescado.

 

Depósito de agua... y libros

Este hermoso edificio construido a principios del siglo XX, sobre una explanada de grandes dimensiones que representa un gran tablero de ajedrez, es un claro ejemplo de la apuesta de Albacete por conservar sus señas de identidad y recobrar espacios para uso de la cultura en el mundo moderno. De esta forma, los antiguos Depósitos de Agua de la plaza del Sol (Marzo, 50), almacenan otra forma indispensable de supervivencia: libros. Actualmente y desde 2001, alberga la Biblioteca Municipal que ofrece 216 puestos de estudio, una mediateca con 20 puestos de internet, así como una biblioteca y un centro de documentación con más de 15.000 volúmenes y 50 asientos con conexión informática individual. El lugar, hoy, es la recreación de un universo donde lo industrial se torna figura en la torre, recordando la chimenea de una fábrica. Es la segunda biblioteca en importancia de Castilla-La Mancha.

 

Miles de las mejores navajas del mundo

Tras una espectacular fachada de estilo modernista y aire gótico con vistosos azulejos verdes, construido en el año 1912 y conocido como Casa de Hortelano, se encuentra el Museo Municipal de la Cuchillería (plaza de la Catedral s/n), uno de los tres únicos que hay en Europa, un lugar donde preservar y conservar su herencia histórica; donde recuperar y difundir ese patrimonio cultural y dinamizar el sector de la cuchillería, la artesanía que hace universal a esta ciudad. 

 

Palacio político y galería de arte moderno

En pleno centro de la ciudad, en el llamado Bosque del Altozano y en lo que era el huerto del convento de San Agustín, se encuentra el Palacio de la Diputación, en el paseo de la Libertad. La entrada es espectacular con una escalera de tipo imperial, donde el hierro cobra valor estético en soportes, vidrieras y lucernario. Como en muchos edificios de Albacete, se descubren los detalles modernistas y eclécticos, propios de la época en que se construyó, finales del siglo XIX. Llama la atención que en el interior de un edificio tan clásico, que muestra algunos cuadros cedidos por el Museo del Prado de Madrid de los 3.100 que se encuentran en diversos museos e instituciones oficiales de distintas comunidades autónomas, lo que se conoce como El Prado Disperso, cuelguen también interesantes pinturas modernas de diversos autores, aunque se echa en falta alguna de Benjamín Palencia nacido en la localidad albaceteña de Barrax, aunque el Museo de Albacete ofrece más de un centenar de ellas. En el exterior, en una pequeña explanada hay una escultura de Don Quijote y Sancho, como no podía ser menos en una ciudad en plena Mancha. 

 

 

Una feria popular desde hace 300 años

Puede parecer extraño que una feria popular, con su tiro al plato, sus tómbolas de la muñeca Chochona, sus caballitos que suben y bajan, sus puestos de churros y algodón dulce, sus coches de choques y su noria gigante, haya conseguido ser Fiesta de Interés Turístico Internacional. Pero es que la Feria de Albacete no es una feria corriente. De hecho, tiene más de 300 años de tradición a fecha fija del 7 al 17 de septiembre, pero es que además de lo mencionado, la Feria reúne cada año lo mejor de la cultura, el toreo, la música y el arte en torno a decenas de actividades en las que participan más de 500.000 personas. Actos culturales, deportivos, sociales. Desde degustaciones culinarias a presentaciones de libros, campeonatos de ajedrez y torneos internacionales de tenis, rutas de tapas típicas, conciertos de bandas musicales, folclore de todo el mundo, concentraciones de diverso tipo, jornadas culturales, tardes taurinas, teatros, batallas de flores, exposiciones, recitales poéticos, concursos, bailes, conciertos, verbenas, mercadillos, certámenes, exhibiciones... 

 

Recordando la infancia

Una visita singular, que poca gente hace pese a ser muy recomendable, es la del Museo Pedagógico y del Niño (Amparo, 14), situado en la antigua escuela Virgen de los Llanos, cuyo objetivo es rescatar, preservar y difundir el legado histórico de la infancia, la familia y la escuela en Castilla-La Mancha. Es el único museo de España dedicado a la infancia en todas sus expresiones culturales. 

 

Tiempo para la gastronomía

Sin conocer y disfrutar las buenas recetas de un lugar no se puede decir que se le conoce, y Albacete no es una excepción. Ya se han mencionado un par de templos gastronómicos, pero hay muchos más, estos son solo tres ejemplos: Cuerda 1973 (Gracia, 8) donde sirven platos como el ajo de matadero, servido con hígado y pringue o el atascaburras manchego, elaborado con patata, ajo, bacalao y huevo. También original y tradicional es Sueños del Este (Mayor 59) que, como su nombre parece indicar, hace un guiño a la cocina levantina con sus sugerentes arroces, como el arroz al horno, con costilla, panceta tostada, morcilla, garbanzos... pero también carnes y verduras a la brasa de leña e infinidad de tapas con nombres e ingredientes sugerentes, un ejemplo: tartar de cabracho, papada ibérica de bellota, gamba roja, salmorejo de su coral y piparra... pura frescura y sabor. Más elegante por el marco en que está, dentro del Gran Hotel, el restaurante Telma (Marqués de Molins, 1) donde algunos de los platos son preparados a la vista del cliente, es sorprendente como una simple (no tan simple) ensaladilla que aquí llaman Ensaladilla Molina 2.0 se transforma en las manos del chef Javi en una obra de arte o cómo le dan el punto exacto al Rodaballo a la plancha con agua bendita y verduras. Una experiencia extraordinaria.

 

Calles que casi no duermen

Los que no tengan prisa por irse a dormir encontrarán en las calles Tejares y Concepción (ambas peatonales) suficientes tentaciones para dejar pasar las horas hasta la madrugada. Se conoce simplemente como La Zona y está repleta de bares (están censados más de 130 y no se permiten abrir más), donde lo mismo se puede tomar unas cañas que alargar la velada con copas a precios razonables. Hay para todos los gustos: decenas de pubs, lugares de tapeo, restaurantes, chillout loungues, salas de jazz, discotecas... donde se congregan jóvenes y no tan jóvenes. Uno de los que están de moda es Pico Fino (Concepción, 25), una coctelería que, a golpe de copas premium, ha dado un vuelco al panorama nocturno de Albacete en un sofisticado local siempre atestado de gente. Casi enfrente está La Luna (Concepción 30) con varios DJs y la música más actual. Para una noche desenfadada Canalla Pub (Concepción 34) y Villa Vicent (Concepción s/n) son perfectos. Una de las mejores discotecas es La Mansión (Concepción, 36), abre de jueves a sábado.

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