El binomio salud y bienestar está absolutamente asociado con un tercer vértice: el estilo de vida. Y en ella, la alimentación juega un papel fundamental. En este contexto, Francisco Tinahones, catedrático de Medicina en la Universidad de Málaga y jefe del grupo del CIBEROBN en el Hospital Virgen de la ...
El binomio salud y bienestar está absolutamente asociado con un tercer vértice: el estilo de vida. Y en ella, la alimentación juega un papel fundamental. En este contexto, Francisco Tinahones, catedrático de Medicina en la Universidad de Málaga y jefe del grupo del CIBEROBN en el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, señala qué hábitos podrían generar un impacto potencialmente positivo en el equilibrio de la microbiota intestinal. Esto incluiría una correcta alimentación que incorpore el consumo de alimentos fermentados
Según el doctor, la dieta se encuentra entre los factores que más influyen en el perfil de la microbiota intestinal, aquel conjunto de microorganismos como bacterias y levaduras que se alojan en el intestino humano. La microbiota intestinal tiene una gran relevancia para nuestro metabolismo, dado que diferentes estudios la relacionan con el desarrollo de las enfermedades metabólicas, diabetes y obesidad.
Al respecto, el catedrático de la Universidad de Málaga apunta que "la microbiota intestinal, al ser susceptible de ser modificada mediante la dieta, desempeña un papel vital en nuestra salud. Para mantener un estado óptimo de bienestar, se recomienda seguir un patrón de estilo de vida saludable, como la Dieta Mediterránea".del mismo modo, Tinahones destaca que, además de seguir hábitos alimenticios saludables como es la Dieta Mediterránea, es esencial la realización de ejercicio físico de manera regular y el consumo de una cantidad adecuada de líquidos para el cuidado de nuestra microbiota.
En este sentido, Tinahones explica que "existen más de 4.000 polifenoles naturales (sustancias de origen vegetal con poder antioxidante) e incorporarlos a nuestra dieta puede ayudar a paliar los efectos de un estilo de vida estresante, sedentario y sobrealimentado". Algunos de los alimentos más ricos en polifenoles se pueden encontrar en la Dieta Mediterránea, como las frutas, las verduras, los cereales, los frutos secos o las bebidas fermentadas. "La Dieta Mediterránea contempla el consumo moderado de bebidas fermentadas, como la cerveza, siempre y cuando se acompañe de alimentos. Además, por su contenido en polifenoles, esta bebida fermentada podría tener efectos beneficiosos sobre la microbiota intestinal", aclara el especialista.
Respecto a la composición de la cerveza como bebida fermentada, el catedrático señala que en general más del 90% es agua, pero que también es importante tener en cuenta la presencia de otros ingredientes que aporta la cerveza y su efecto sobre la salud, como por ejemplo los minerales y vitaminas. Además, la cerveza contiene fibra dietética que se relaciona con la microbiota intestinal a través de la fermentación, sirviendo como sustrato nutritivo.
No obtante, el experto recalca que los potenciales beneficios del consumo moderado de cerveza se dan siempre y cuando se realice de manera responsable y acompañado de alimentos, siguiendo el patrón de estilo de vida mediterráneo y recordando las cantidades máximas de ingesta tanto para mujeres (200-300 ml/día) como para hombres adultos (400-600 ml/día) sanos. "Cuando seguimos una dieta equilibrada y adoptamos un enfoque responsable hacia el consumo moderado de cerveza, podemos estar contribuyendo a incrementar la diversidad de nuestra microbiota", finaliza.