"No hacemos vinos para estirados. Pasamos de los convencionalismos, de los clichés y el esnobismo. Creemos que el buen vino es algo que debería poder disfrutar todo el mundo, a cualquier hora y lugar", ha asegurado, rotundo, Toni Arráez, enólogo, director y tercera generación al frente de Bodegas Arráez.

Un negocio familiar que elabora vinos valencianos de autor con nombres de lo más curioso: Mala Vida; Vividor; Bala Perdida; Vivir sin dormir; La Madriguera; Mínimo o Hu-Ha, este último hace referencia al grito de guerra de Chimo Bayo, DJ valenciano que influyó en toda una generación durante la Ruta del Bakalao.

Los Arráez, vinos estandarte de la bodega que ya se trabajan desde hace generaciones. Foto: @bodegasarraez.

Raras, un vino solidario de edición limitada

Durante el proceso de producción de las botellas, se descarta un porcentaje que tienen algún defecto o una forma diferente. Normalmente se devuelven al comienzo del proceso como materia prima. "En un mercado que trabaja en serie y que nunca aceptaría botellas diferentes, decidimos hacer mucho más con ellas. Para ello, las llenamos una a una, dándoles el valor que tienen unos objetos tan raros y únicos como estas botellas", han contado desde Bodegas Arráez.

Así surge Raras, un vino de edición limitada que pone sobre la mesa la investigación de enfermedades raras. Un total de 500 botellas diferentes de un coupage único, fusionando dos variedades de uvas procedentes de pequeñas parcelas: Forcallat y Monastrell. "Nos hemos unido a FEDER, la Federación Española de Enfermedades Raras, y a la agencia creativa Kids para crear una edición especial con botellas de formas únicas. Por lo tanto, cuando compras alguna de estas botellas colaboras con FEDER para promover la investigación de las enfermedades raras", han comentado desde la bodega.

En la imagen, varias botellas de Raras, el coupage solidario de Bodegas Arráez. Foto: @bodegasarraez.  

Un coupage único

En la crianza y elaboración de Raras se han fusionado dos uvas poco habituales, elegidas para esta buena causa. Por un lado, la variedad Forcallat, típica de Levante, aporta una gran frescura y sutileza. En los últimos años ha ido quedado olvidada por su menor grado alcohólico y color, aunque sigue estando presente en pocos puntos. Por otro lado, la Monastrell es una de las variedades por excelencia de la zona de Terres del Alforins. En este caso, ha sido cultivada en una pequeña parcela histórica recuperada, en la falda del Capurutxo, una montaña en la Font de la Figuera.

Ambas variedades han sido cultivadas en viñedos situados a 735 metros sobre el nivel del mar, en medio del monte y rodeadas de pinos y fauna autóctona. El resultado es un vino ligero, fresco y sutil, de baja acidez. Se aprecian aromas elegantes, con notas florales y de fruta roja, así como un trago equilibrado, largo y persistente. Raras marida a la perfección con platos típicos de la zona, a base de arroces y carnes.

Crear conciencia a través de la gastronomía

Hoy día, se calcula que más de tres millones de españoles padecen alguna enfermedad rara. Se trata de aquellas patologías con una prevalencia por debajo de 5 personas por cada 10.000 habitantes. Sin embargo, apenas un 20% de las enfermedades raras identificadas se está investigando en la actualidad. Es más: existen más de 6.172 enfermedades raras identificadas, pero solo un 6% tiene algún tipo de tratamiento. Además, las familias esperan una media de cuatro años para recibir un diagnóstico sobre esa patología. "Cada historia es única y cada lucha es extraordinaria. Hoy elevamos nuestras voces para crear conciencia y apoyar a quienes enfrentan desafíos poco comunes. Juntos podemos hacer de la rareza algo excepcional", han afirmado desde Bodegas Arráez.

Con Raras se pretende concienciar sobre las enfermedades raras y las dificultades que hay para su diagnóstico y tratamiento. Foto: @bodegasarraez.