Los registros akáshicos son un concepto que se mueve entre la filosofía esotérica y la metafísica. Y se ha comenzado a hablar de ellos porque algunos famosos como Lorena Verdú han pasado por esta terapia. Ahondando más en este asunto destacar que "akáshico" viene de ākāśa (akasha), término del antiguo ...
Los registros akáshicos son un concepto que se mueve entre la filosofía esotérica y la metafísica. Y se ha comenzado a hablar de ellos porque algunos famosos como Lorena Verdú han pasado por esta terapia. Ahondando más en este asunto destacar que "akáshico" viene de ākāśa (akasha), término del antiguo idioma sánscrito de la India y significa alma, espacio, cielo. De esta manera, según la tradición hindú, los registros akáshicos son los archivos de las memorias del alma. Es decir, estos registros pueden llegar a resolver la duda de por qué actuamos siempre igual ante determinados problemas o cómo conocernos más a nosotras mismas. Empezando por nuestra alma.
Por eso, esta creencia nos lleva a ser conscientes de la existencia de un campo energético o una dimensión de consciencia donde se almacena toda la información sobre el pasado, presente y futuro de cada alma, así como las propias experiencias del universo en su conjunto. De hecho, se considera que los registros akáshicos contienen los pensamientos, emociones, acciones y conocimientos de cada uno de nosotros desde el inicio de nuestra existencia. Por lo que acceder a estos registros nos puede proporcionar todo tipo de información sobre nuestra vida: relaciones, bloqueos emocionales, vidas pasadas, sentimientos ocultos, etc. Un espacio multidimensional, como si fuera un libro mágico repleto de energía, en el que se almacenan las experiencias vividas y las posibilidades de futuro.
Toda una serie de archivos del alma, que están dentro de cada una de nosotras, y que, tras revelarlos a través de una lectura, nos ayudará a superar o entender el origen de nuestros miedos, conflictos, trabas, problemas familiares, de pareja, falta de superación, de actitud ante los desafíos, etc.
El terapeuta o guía será el encargado de abrir los archivos del alma y contestar las preguntas que tengamos al respecto, ya que existen varias maneras de leer los registros akáshicos, por lo que será el guía quien decida elegir el camino que mejor se adapte a la persona que consulta.
En cuanto a la manera de leer y abrir estos registros, primero se comienza la sesión con unas preguntas simples, luego el guía recita unas oraciones y es entonces cuando la persona que va a leerse los registros akáshicos podrá hacer sus preguntas. Lo ideal es llevar preguntas cerradas, es decir, aquellas que se responden con un "si" o "no". Sobre todo, porque este método nos ayudará a conocernos y reencontrarnos con nosotras mismas, con el objetivo de encontrar nuestra paz interior.
Además, no se trata de que cuando vayamos a leernos estos registros implique, necesariamente, que estemos atravesando por una situación de estrés, temor o desconfianza. Al contrario, la lectura de nuestros registros nos permitirá entender qué nos pasa, cómo solucionarlo o evitar que nos vuelva a ocurrir.
La información que nos vaya a aportar la lectura de nuestros registros puede ser de gran ayuda, ya que nos brinda una visión más amplia que la que tenemos en nuestra consciencia humana, lo cual nos permitirá tomar mejores decisiones y ser consciente de alternativas que antes ni siquiera considerábamos. Eso sí, la información que salga de esa lectura debemos considerarla como una orientación, un aspecto a tener en cuenta sabiendo que cada una de nosotras tenemos la posibilidad de tomar las decisiones que consideremos más apropiadas en cada ámbito de nuestra vida.