El catarro es una infección vírica o bacteriana de las vías respiratorias superiores que cursa con un cuadro típico que todos hemos padecido en algún momento. Lo normal es que la infección inicial la cause un virus y que las bacterias que habitan esa zona aprovechen la situación de debilidad ...
El catarro es una infección vírica o bacteriana de las vías respiratorias superiores que cursa con un cuadro típico que todos hemos padecido en algún momento. Lo normal es que la infección inicial la cause un virus y que las bacterias que habitan esa zona aprovechen la situación de debilidad inmunitaria y causen una sobreinfección bacteriana.
Afecta a todo el mundo y en cualquier lugar, aunque se manifiesta más en niños, ancianos y personas inmunodeprimidas porque su sistema inmunitario es más débil y sensible. Es muy contagioso porque los virus se propagan rápidamente por medio de la tos, los estornudos o la saliva y penetran por la nariz de los demás al respirar. También se propaga al tocar objetos contaminados y en centros de estudio o lugares en los que hay mucha gente concentrada.
Los síntomas incluyen malestar general, lagrimeo, tos, mocos, dolor de cabeza, febrícula, picor de garganta, ronquera, estornudos, congestión nasal, etc. Si se produjese la sobreinfección bacteriana, la secreción nasal sería más espesa, el moco amarillo-verdoso, aparecería fiebre, etc. En ocasiones, puede complicarse y provocar bronquitis, sinusitis, otitis, laringitis, etc., sobre todo en los niños.
Para prevenir el catarro sería recomendable:
1-Evitar los cambios bruscos de temperatura (mantener la temperatura entre 22 y 24º C), la exposición excesiva al sol y los ambientes cargados (de humo, desinfectantes y ambientadores, por ejemplo).
2-Lavarte adecuadamente y con frecuencia las manos para evitar la sobre infección.
3-Mantener tapada la garganta y la boca, fundamentalmente si te encuentras en ambientes climatizados.
4-No fumar y mantener una correcta hidratación general de las mucosas.
5-Ventilar las habitaciones de los enfermos y cubrirte la boca si les estás cuidando.
El tratamiento lo prescribirá el médico y se centrará en reducir los síntomas. Se recomienda el reposo en casa, en una habitación a buena temperatura, no abrigarse excesivamente, beber mucho líquido a temperatura media (ni frío ni caliente), no abusar de los lácteos, sonarse con pañuelos de papel y tirarlos, etc.
Los medicamentos que más se utilizan son analgésicos (que alivian el dolor y el malestar general), antipiréticos (que bajan la fiebre), lavados nasales con soluciones salinas (que reducen la congestión y favorecen la expulsión de la mucosidad). descongestionantes nasales (para reducir la rinorrea y la congestión), antitusivos (para reducir la tos irritativa que no permite descansar al enfermo), mucolíticos (para reducir el espesor del moco y facilitar su movimiento) y expectorantes (para eliminar la mucosidad). No te automediques, pues cualquiera de estos fármacos debe ser prescrito y pautado por el médico.