Es importante controlar el exceso de activación para evitar que se transforme en un problema. En el proceso intervienen principalmente dos hormonas: adrenalina (que genera el impulso que activa la respuesta rápida ante la situación planteada y mejora nuestro rendimiento físico y mental) y cortisol (que libera la energía necesaria ...
Es importante controlar el exceso de activación para evitar que se transforme en un problema. En el proceso intervienen principalmente dos hormonas: adrenalina (que genera el impulso que activa la respuesta rápida ante la situación planteada y mejora nuestro rendimiento físico y mental) y cortisol (que libera la energía necesaria para hacer frente a esta etapa). Los niveles hormonales se van modificando con el tiempo en función de las necesidades del organismo.
Se ha demostrado es que no todos lo percibimos de la misma manera. Nuestra actuación depende de la importancia que le damos a las cosas y de la vulnerabilidad personal ante las adversidades, por lo que existen personas que manifiestan más ese estrés negativo que afecta a su salud.
De manera general, para no anticipar el estrés, suele recomendarse:
1-Dejar que la idea desaparezca de tu mente. No centrarse en ella es la mejor opción para que transcurra sin causar problemas.
2-Descubrir los eventos que disparan tu ansiedad. Es fundamental reconocer lo que te provoca el estrés anticipado y eliminarlo de tus pensamientos antes de que se genere el problema.
3-No intentar prevenirlo todo. Es imposible saber todo lo que va a suceder y anticiparse a cada situación concreta. Esa actitud sólo sirve para disparar tu ansiedad y anticiparte a los problemas de manera innecesaria. Además, pensar en que ya has superado muchas situaciones similares y no ha ocurrido nada grave te ayudará a comprender que no hay ningún problema inabarcable.
4-Dejar de estar siempre alerta e intentar controlarlo todo. Cuando anticipas lo que va a suceder, activas mecanismos mentales inadecuados que te hacen percibirlo todo como si fuera una amenaza terrible y real. Lo primero que piensas es que puede salir mal, a continuación aparecen las emociones (preocupación, tristeza, angustia, etc.) y, al final, tu comportamiento se modifica y alteras tu vida escapando de la situación que te angustia, sea cual sea.
5-Reírse con frecuencia todos los días. El sentido del humor y no tomarlo todo como una afrenta personal ayuda a disminuir la importancia de las cosas y dársela sólo a las que de verdad la tienen.
6-Buscar el lado positivo de lo que ocurre porque siempre lo hay, aunque sea difícil encontrarlo. Focalizarte en ese pensamiento permitirá que lo negativo se vaya reduciendo.
7-Analizar correctamente el problema. Relativizar la situación te ayudará a minimizarlo y darle la dimensión adecuada sin exagerar para salir de los pensamientos automáticos negativos (conocidos como desencadenantes de la ansiedad que te agobia).
8-Realizar respiraciones diafragmáticas que resultan relajantes y ayudan a controlar la tensión emocional y la ansiedad. No es complicado, pero lo mejor es que acudas a un experto que te enseñe a realizarlas de manera adecuada para aprovechar todo tu potencial y los beneficios que aportan.