La psicología describe las emociones como respuestas o reacciones fisiológicas que se generan en el cuerpo cuando nos vemos sometidos a cambios o estímulos que se producen en nuestro entorno y en nosotros mismos. Se presentan cuando se produce la activación de determinados grupos de neuronas especializadas y situadas en ...
La psicología describe las emociones como respuestas o reacciones fisiológicas que se generan en el cuerpo cuando nos vemos sometidos a cambios o estímulos que se producen en nuestro entorno y en nosotros mismos. Se presentan cuando se produce la activación de determinados grupos de neuronas especializadas y situadas en varias zonas de la corteza cerebral. Tienen una función adaptativa (nos permiten adaptarnos al medio que nos rodea) y social (en el sentido de expresar lo que sentimos a los demás).
Se puede describir gestión emocional como el conjunto de procesos psicológicos que permiten a las personas reconocer sus emociones. Es una capacidad que facilita el manejo adecuado de las emociones, entendiendo la relación entre emoción, cognición y conducta y disfrutando de estrategias de afrontamiento adecuadas que nos permitan autogenerar emociones positivas. No busca un control completo de las emociones. Lo que favorece es reconocerlas y adaptarlas de manera adecuada para conseguir estabilidad mental y bienestar.
Numerosos especialistas consideran que una mala gestión de las emociones puede provocar problemas en las relaciones personales porque nos inducen a reaccionar de manera exagerada o inadecuada a los comentarios o acciones de otras personas. A pesar de la dificultad que supone aprender a gestionar las emociones, es posible conseguirlo si contamos con la ayuda adecuada para ello.
Es lógico que no deseemos sentir las emociones que consideramos negativas como la tristeza o el miedo, por ejemplo, y que nos resulte complicado gestionarlas de manera correcta. Numerosos expertos señalan la importancia de aceptarlas y de aprender a generar emociones positivas empleando estrategias que podemos implementar en nuestra rutina personal.
Para aumentar el bienestar personal sería recomendable realizar un entrenamiento diario de la "salud emocional" empleando estrategias adecuadas y seguir hábitos saludables que faciliten la liberación mental excluyendo los pensamientos que nos hacen daño. Seguir una dieta saludable, practicar ejercicio físico varias veces a la semana, disfrutar de momentos de ocio, aprender cosas nuevas que tienen interés personal, descansar de manera adecuada y eliminar hábitos nocivos (como el consumo de tabaco, alcohol y drogas), por ejemplo, se consideran acciones adecuadas.
El entrenamiento emocional que plantean diferentes expertos se centra en comprender, desarrollar y aceptar las emociones, mejorar y adecuar la empatía, gestionar correctamente las emociones negativas, desarrollar el autoconocimiento, aprender a aceptarse con los errores personales y conseguir disfrutar de la compañía de otras personas que no son iguales a uno mismo, ni es necesario.