Un accidente cerebrovascular consiste en una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro. La interrupción de la llegada de sangre al cerebro durante unos pocos segundos provoca que las neuronas no puedan recibir oxígeno, lo que puede producirles daños permanentes. Recibe diferentes denominaciones y puede suceder cuando: -Un ...
Un accidente cerebrovascular consiste en una interrupción del suministro de sangre a cualquier parte del cerebro. La interrupción de la llegada de sangre al cerebro durante unos pocos segundos provoca que las neuronas no puedan recibir oxígeno, lo que puede producirles daños permanentes. Recibe diferentes denominaciones y puede suceder cuando:
-Un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro queda bloqueado por un coágulo, provocando un accidente cerebrovascular isquémico.
-Un vaso sanguíneo se rompe, causando trasvase de sangre dentro del cerebro (entre las neuronas); se denomina accidente cerebrovascular hemorrágico.
El isquémico es el más frecuente y generalmente resulta del taponamiento de las arterias, por ateroesclerosis. Los depósitos de grasa se acumulan en la pared de las arterias formando una placa de ateroma. Frecuentemente, la placa hace que la sangre fluya en forma anormal y se coagule. Si el coágulo aparece y permanece en el mismo sitio en el cerebro, se denomina trombo cerebral; si se forma en otra zona, se desprende y viaja a través del torrente sanguíneo hasta el cerebro, provoca una embolia cerebral.
Los factores de riesgo son: la hipertensión, la edad, los antecedentes familiares, el tabaquismo, la diabetes, el colesterol alto, la cardiopatía concomitante y el consumo de ciertos fármacos. Además, el consumo de cocaína, alcohol, un traumatismo craneal y los trastornos hemorrágicos incrementan el riesgo de sangrado cerebral.
Es posible que el paciente no note los síntomas, pero la aparición súbita de alguno de los siguientes podría ser indicativa:
1-Entumecimiento, hormigueo o disminución de la sensibilidad
2-Cambios en la visión
3-Debilidad o parálisis de un brazo, una pierna, un lado de la cara o cualquier parte del cuerpo
4-Lenguaje mal articulado, incapacidad para hablar o entender, dificultades para escribir o leer
5-Dificultad para deglutir o babeo
6-Pérdida de memoria
7-Vértigos. Pérdida del equilibrio o la coordinación
8-Cambios anímicos (depresión, apatía)
9-Somnolencia, letargo y/o pérdida del conocimiento
10-Movimientos incontrolables de los ojos o párpados caídos
En el diagnóstico es importante saber cómo se desarrollaron los síntomas para determinar el estado del paciente. El médico buscará deficiencias neurológicas, motoras y sensoriales, realizando las pruebas que considere oportunas (TAC, electrocardiograma, ecocardiograma, ecografía carotídea o un monitor cardíaco mientras está en el hospital o como paciente ambulatorio para determinar si hay arritmia cardiaca, por ejemplo).
Es una emergencia, pues obtener tratamiento inmediato puede salvar vidas y reducir la discapacidad. Se debe llevar a la persona a urgencias inmediatamente para determinar su estado y comenzar el tratamiento. Sólo el médico puede pautarlo y suele utilizar diferentes fármacos.
El objetivo del tratamiento a largo plazo es la recuperación de la mayor funcionalidad posible y la prevención de accidentes cerebrovasculares futuros. La rehabilitación incluye terapia del lenguaje, terapia ocupacional y fisioterapia. El tiempo de recuperación difiere de una persona a otra.