Los datos obtenidos en el análisis son orientativos y no debemos obsesionarnos cuando se separan de la media. El diagnóstico concreto requiere la concurrencia de varios factores y, normalmente, de la alteración de más de uno de los parámetros. Debe ser valorado por el especialista pues, para diagnosticar un proceso ...
Los datos obtenidos en el análisis son orientativos y no debemos obsesionarnos cuando se separan de la media. El diagnóstico concreto requiere la concurrencia de varios factores y, normalmente, de la alteración de más de uno de los parámetros. Debe ser valorado por el especialista pues, para diagnosticar un proceso patológico, es necesario considerar todos los parámetros y relacionar unos con otros. Él será el encargado de explicarnos la patología que ha detectado y los pasos a seguir.
El estudio de sangre básico incluye hemograma y bioquímica. El único que puede interpretarlo y hacer un diagnóstico es el médico. De manera general, los parámetros y valores analizados serían:
1-Los glóbulos rojos aumentarían en situaciones relacionadas con la falta de oxígeno a nivel de los tejidos, como ocurre con los fumadores y un número bajo indicaría anemia, déficit nutricional o hemorragia, por ejemplo. La hemoglobina reducida se relacionaría con anemia, embarazo e insuficiencia cardíaca. Un hematocrito elevado indicaría una cardiopatía, una enfermedad pulmonar crónica o deshidratación y se reduciría en el embarazo, hemorragia, hipertiroidismo o desnutrición.
2-Los leucocitos elevados implicarían infecciones bacterianas, apendicitis, estrés, enfermedades inflamatorias o quemaduras y su reducción se relacionaría con hepatitis, infecciones víricas, artritis y enfermedades autoinmunes, por ejemplo.
3-Las plaquetas aumentarían en personas que siguen tratamientos con corticoides, tras una cirugía, en enfermedades reumatológicas y en infecciones, por ejemplo. Se reduciría su número en casos de anemia hemolítica, con algunos tratamientos y por transfusión masiva, entre otras situaciones.
4-Colesterol y triglicéridos conforman la fracción grasa y su incremento, en general, se relacionaría con factores genéticos, una dieta con exceso de grasa, el consumo de alcohol o el tabaco. Se reducirían en dietas sin grasa (vegetarianos) o en desnutrición (anorexia).
5-El ácido úrico aparecería reducido en los vegetarianos. Su aumento puede deberse a gota, diabetes, alcoholismo y dietas con exceso de proteínas (embutidos, carnes rojas, etc.)
6-La glucosa aparecería elevada en diabetes, hipertiroidismo, estrés y consumo de corticoides, por ejemplo. Se reduciría en personas diabéticas con exceso de tratamiento con insulina, en momentos de hambre o exceso de ejercicio.
7-La urea aumentaría en situaciones en las que el riñón se encuentra afectado, deshidratación y consumo excesivo de proteínas, por ejemplo. Se reduciría en embarazo y desnutrición, entre otras.
8-La creatinina se encontraría elevada en problemas renales o cardíacos, obstrucción urinaria o deshidratación. Se reduciría en desnutrición, ancianos o distrofia muscular.
9-La bilirrubina puede verse aumentada en procesos hepáticos (como cirrosis o hepatitis, por ejemplo) o de las vías biliares y en ciertos tipos de anemia, por ejemplo.
10-Las transaminasas altas permitirían detectar enfermedades hepáticas, pancreatitis e infarto agudo de miocardio, entre otras alteraciones.