La culpa es una emoción que genera malestar y surge del pensamiento de no haber cumplido correctamente normas éticas, personales o sociales, especialmente cuando de la propia conducta (o de la omisión de una conducta) se causa daño a una o más personas. Los especialistas aportan una serie de recomendaciones para ...
La culpa es una emoción que genera malestar y surge del pensamiento de no haber cumplido correctamente normas éticas, personales o sociales, especialmente cuando de la propia conducta (o de la omisión de una conducta) se causa daño a una o más personas.
Los especialistas aportan una serie de recomendaciones para reducir el sentimiento de culpa que atenaza a quien lo presenta. Destacarían:
1-Acepta el error cometido y aprende de lo sucedido. Aunque no es posible modificar el pasado, puedes cambiar el presente. Todo el mundo se equivoca, con mayor o menor gravedad. Lo importante es aprender de los errores para intentar no volver a cometerlos. Es importante buscar la manera de reparar el daño infligido y, cuando no sea posible, seguir adelante convencida de que no lo volverás a hacer.
2-Analiza correctamente lo sucedido y asume tu responsabilidad real. Cambiar culpa por responsabilidad te ayudará a entender que no es posible controlar todo lo que nos rodea porque existen numerosos factores que se nos escapan, aunque no queramos.
3-Consigue tu propio perdón. Es complicado pero fundamental para poder seguir adelante. Tienes que vivir contigo siempre. Cuando notes que estás pensando en la culpa, aporta palabras de ánimo, comprensión, cariño y apoyo para reducir tu malestar.
4-Expresa lo que sientes. No te niegues a percibir la culpa y los sentimientos negativos asociados a ella porque es normal que se presenten. Tratar de ocultarlos solo servirá para que sigan ejerciendo una inadecuada influencia sobre ti. Lo recomendable es que hables con otras personas significativas para ti sobre tus sentimientos. Podrán aportar nuevas perspectivas sobre la situación que tú no habías considerado previamente y te permitirán encontrar nuevos caminos reduciendo la culpa.
5-Investiga las causas reales de la culpa y actúa en función de lo que hayas encontrado. La culpa puede actuar como una señal indicativa de que es preciso parar y pensar en lo que sentimos para implementar un cambio positivo adaptando nuestra conducta a la realidad. Esta perspectiva ayudaría a entender que sentirse culpable puede ayudarnos a aprender de los errores cometidos y crecer como personas.
Cuando no puedas dejar de sentirte culpable, a pesar de haberlo intentado, busca la ayuda de un psicólogo. Conocen numerosas técnicas específicas que pueden ayudarte a procesar de manera diferente lo que ha sucedido y poder olvidarlo sin que te cause dolor. Compartir lo que te sucede con una persona experta y ajena, que no te juzga y te comprende haciéndote ver que cometer errores forma parte de la vida, te permitirá percibir lo sucedido de manera objetiva.