Sentirse insatisfecho en determinados momentos o etapas de la vida, ya sea en nuestra vida personal o profesional es normal. Incluso positivo, dado que puede ser el impulso que nos mueva a realizar cambios significativos que estábamos deseando llevar a cabo. Ahora bien, el problema resulta cuando esa insatisfacción se vuelve casi crónica y nos impide disfrutar del presente ¿Qué podemos cambiar? ¿Qué aspectos, fuera de nuestro control, deberíamos empezar a aceptar? Este método noruego puede ayudarnos a convivir con la insatisfacción sin que esa sensación limite nuestro día a día.

No en vano, según el informe World Hapiness Report de 2023, Noruega es el séptimo país con los habitantes más felices del mundo. Es más, si existiera una fórmula de la felicidad, se parecería mucho al estilo de vida que aplican los países escandinavos.

Primero Dinamarca introdujo el concepto de `Hygge´, que no tiene una traducción literal pero significa algo que es "bueno para el alma". De hecho, el país danés es el hogar del Instituto de Investigación de la Felicidad.

Su país vecino, por otro lado, presenta un método llamado `Koselig´. Pero, ¿qué significa esta palabra extraña y en qué puede beneficiarle? El concepto de Koselig consiste en aceptar el invierno tal como es, sin frustrarse por desear un clima más cálido o más horas de luz. Se trata de crear un espacio cómodo y acogedor para disfrutar de esta etapa sin esperar ansiosamente la llegada de la primavera o el verano. Esencialmente, es una filosofía centrada en experimentar y disfrutar el presente.

Aunque este concepto fue diseñado inicialmente para hacer frente a los duros inviernos noruegos, se puede aplicar a cualquier ámbito de tu vida, más allá del lugar de residencia.

Los principios de Koselig y cómo pueden mejorar tu vida

La aceptación es el principio central de esta filosofía noruega. Se aplica al clima y sugiere que quejarse del frío y las cortas horas de luz en un país con inviernos largos y duros es una batalla infructuosa. Aferrarse a esta perspectiva le mantendrá en constante infelicidad e insatisfacción.

Extrapolado a otras áreas de la vida, puedes tenerlo en cuenta cuando te toque aguantar a un jefe insufrible, te encuentres un frustrante atasco de tráfico, o incluso cuando en verano toque soportar temperaturas de 40º a la sombra. Vale para todo, pues la esencia de la filosofía de Koselig te anima a abrazar el presente con calidez y aceptación desde dentro.

Eso sí, cuidado con sucumbir a los peligros de la positividad tóxica y de silenciar las opiniones cuando enfrente situaciones que perciba como injustas. La aceptación logra un equilibrio: reconoces que no es una situación ideal, cambias lo que puedes y aceptas lo que está más allá de tu control.

El segundo principio del Koselig viene a decir que compararte con los demás siempre te pone en desventaja. Tendemos a compararnos con los demás, a menudo con aquellos que se encuentran en situaciones diferentes con historias de vida únicas y circunstancias que no tienen relación con las nuestras. Instagram no refleja la realidad: las parejas no son tan perfectas, ni la maternidad tan idílica, ni los viajes tan de ensueño como los presentan en las redes sociales.

En cambio, Koselig insta a mantenerse activo, a hacer cosas que disfrutes dentro de tus posibilidades y aceptes las cosas que no puede cambiar. Eso no te garantizará la felicidad, pero al menos en los días difíciles aprenderás a vivir con ellos sin insatisfacción ni amargura.

El último principio de Koselig es seguir moviéndonos a pesar del duro clima exterior. No uses el mal tiempo, el frío o la oscuridad como excusa para permanecer inactivo. Esto solo conduce al aislamiento, y nosotros, los humanos, somos seres sociales.

Este principio se aplica a la vida en general. El movimiento es esencial para el progreso y el bienestar. Incluso en momentos muy estresantes o tristes, mantenerse activo ayuda a eliminar la energía estancada o pesada. Cuando se trata de insatisfacción, ya sea en la vida personal o profesional, quedarse quieto no ayuda. Y se refiere al movimiento en términos literales y figurados, claro.