¿Por qué nos cuesta tanto decir no?

Estefanía Grijota

¿Alguna vez has sentido la pesadez de compromisos y responsabilidades que no deseabas? En nuestro día a día lidiamos con una lista interminable de tareas pendientes y obligaciones que preferimos evitar; sin embargo, las llevamos a cabo. 

23/04/2024

Muchas personas tienen dificultad a la hora de establecer límites y expresar negativas, decir "no" es un acto poderoso que nos libera de cargas innecesarias y nos otorga el control sobre nuestras vidas. ¿Por qué nos cuesta decir no? Desde el punto de vista de la psicología, existen varias razones por ...

Muchas personas tienen dificultad a la hora de establecer límites y expresar negativas, decir "no" es un acto poderoso que nos libera de cargas innecesarias y nos otorga el control sobre nuestras vidas. ¿Por qué nos cuesta decir no? Desde el punto de vista de la psicología, existen varias razones por las cuales a algunas personas les cuesta decir que no en diferentes situaciones.

El miedo de ser rechazadas o de enfrentar conflictos si dicen que no. Esto puede deberse a experiencias pasadas donde decir que no tuvo consecuencias negativas, como la pérdida de relaciones o el conflicto interpersonal. Además, hay quienes tienen una necesidad excesiva de ser aceptadas y queridas por los demás, lo que les dificulta establecer límites y decir que no por miedo al abandono o a ser percibidas como egoístas.

Asimismo, aquellas con baja autoestima pueden tener dificultades para decir que no porque no se
valoran lo suficiente y no se sienten dignas de atención y amor como para priorizar sus propias
necesidades y deseos sobre el resto. Por último, la falta de habilidades de comunicación asertiva también puede hacer que muchas personas teman decir que no por no llegar a conflictos o confrontaciones.

¿Hay personalidades más propensas?

Desde el punto de vista de la psicología, varias características y circunstancias pueden hacer que
algunas personas sean más propensas a tener dificultades para decir que no:

  • Personas con baja autoestima, que pueden tener dificultades para establecer límites y expresar sus propias necesidades y deseos.
  • Personas con ansiedad social, que pueden no decir que no para evitar conflictos o el desagrado de los demás.
  • Personas con dependencia emocional, por temor a perder la aprobación o el apoyo de las personas en las que dependen.
  • Personas con rasgos de personalidad complacientes, porque valoran más la armonía interpersonal  el agradar a los demás que expresar sus propias necesidades y deseos.
  • Personas con miedo al conflicto, para evitar situaciones que puedan resultar en confrontación o discordia con los demás.
  • Personas con falta de habilidades de comunicación asertiva
  • Personas con un fuerte deseo de ser aceptadas, por temor a decepcionar a los demás o a ser percibidas como egoístas.

Sin embargo, es importante destacar que estas características no son estáticas y pueden ser abordadas
y modificadas a través de la terapia y el desarrollo personal.

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