Una de las más conocidas es la Toga. "Tiene más años que Matusalén, que por cierto vivió 969 años", nos comentan desde Ángela Navarro,  pero ninguna técnica peluqueril ha sido capaz de desbancarla si lo que quieres es alisar tu pelo en casa y no te gusta utilizar las planchas" ¿Cómo beneficiarnos de ella correctamente? Angela Navarro nos guia paso a paso: Primero: quitaremos el exceso de humedad con la toalla (sin frotar, sólo apretando el cabello entre los dedos) y luego con el secador. Segundo: colocaremos un rulo ancho en la coronilla con el cabello enrollado en él hacia atrás. A continuación, peinaremos todo el resto del cabello hacia un solo lado mientras vamos sujetándolo con pinzas. Depende de la longitud de la melena, necesitaremos dar una o dos vueltas. Dejaremos secar al aire una hora, y le daremos la vuelta. Esperaremos otra hora. Si queremos rebajar el tiempo de espera aplicaremos el secador de mano por toda la cabeza. Tras soltar disfrutaremos del resultado. 

Si llueve, guarda el secador
"Porque no te servirá de nada", sentencian desde Ángela Navaro. "Si te secas el cabello y dejas un ápice de humedad en él, en cuanto salgas a la calle lluviosa se te hinchará como un globo. Seca sólo la raiz para que no te enfríes y aplica un tratamiento superhidratante".

Bendito frío...
Porque sella la cutícula capilar (cierra las escamas de la fibra), por lo que es aconsejable terminar el ´shampoo´ con agua fría. Y una vez completo el ´brushing´, pasa el secador con aire frío por todo el cabello. "Si tienes una melena densa o un cabello muy rebelde, no dudes en enfriar los mechones alisados, uno a uno, mientras te vas secando y peinando. ¡Este es un truco infalible!" avalan los expertos.

Un buen cepillo
Existen muchísimos mitos sobre los cepillos que debemos utilizar para alejar el encrespamiento, pero uno de los consejos es que sean de cerdas naturales y que combinen unas más largas con otras más cortas.

El ´frizz´ no es más que falta de hidratación
"Imagina la corteza de una de tus unidades capilares. Esta se conforma igual que las escamas de un pez: todas hacia el mismo lado. Cuando se encuentra reseca, esas escamas se hinchan y, como están muertas de sed, se disparan buscando la hidratación. Además de estar desbocado, el cabello pierde su brillo, porque esas escamas desordenadas no son capaces de reflejar la luz (compara una piedra, de aspecto rugoso, con un cristal impoluto...)" nos ilustran los expertos de Ángela Navarro. Y nos aconsejan dedicar tiempo a la hidratación: "Hazte con un tratamiento con buenos principios activos y el mínimo de aditivos. Envuelve la cabeza en papel ´film´ (plástico) y deja actuar 15 minutos. Aclara".

Espolvoréate antes de salir
Hazlo con un spray especial antiencrespamiento o con una laca con el mismo objetivo. Abre rayas en la melena y aplica de medios a puntas; no lo hagas sólo en la zona exterior porque si se hincha por dentro, la melena se hinchará al completo.

No dejes que el pelo quede blando
Para eliminar el ´frizz´ y que el cabello no quede "blando" y con peso, es mejor que utilices un champú normal y un acondicionador específico sin aclarado que ponerte una mascarilla nutritiva y ningún producto de peinado. La razón es que es mucho mejor incidir (y proteger) directamente sobre la fibra sin aclarar que hacerlo antes.

La trenza que alisa
"Cuando llegues a casa en invierno, aplica un sérum de brillo en medios y puntas, haz una raya al medio y recoge todo el cabello en una trenza o en un moñito de bailarina en la nuca. Al día siguiente no podrás creer lo impecable de tu fibra", comentan desde Ángela Navarro.

Dale al rizo
"Aunque parezca un contrasentido, rizar de manera artificial tu cabello es uno de los mejores trucos que existen, así que aprende a manejarte con las tenacillas los días de lluvia sobre un cabello previamente bien hidratado. A veces es mejor ir a favor que a la contra", aconsejan.

No lo laves a diario
"El uso diario del champú, por muy suave que sea, impide que el cuero cabelludo segregue en total libertad todos los aceites y grasas naturales que lo protegen, a él y a la cutícula". La recomendación de Ángela Navarro es lavarlo de 2 a 3 veces por semana

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Foto de Alina Rossoshanska