El acto de comer debe despojarse de todas las ataduras y convenciones sociales, ya que cuando uno se sienta a la mesa busca saborear lo que está comiendo, deleitarse con las sensaciones que le ofrece un plato e incluso hasta en algunos intenta descubrir cuál es el ingrediente secreto que le ...
El acto de comer debe despojarse de todas las ataduras y convenciones sociales, ya que cuando uno se sienta a la mesa busca saborear lo que está comiendo, deleitarse con las sensaciones que le ofrece un plato e incluso hasta en algunos intenta descubrir cuál es el ingrediente secreto que le han añadido a la receta cuando este come fuera de casa, ya sea en un restaurante o en la vivienda de un conocido o familiar. Pero no se ciñe solo a eso, porque el común de los mortales no dispone del tiempo que desearía para cocinar o comer, especialmente entre semana. Sin embargo, cuando llega el momento del descanso en el medio de la jornada y comemos, no nos conformamos con que tengamos que hacerlo porque sí, porque es necesario para nuestra salud, también buscamos que sea una experiencia placentera y que nos guste lo que estamos comiendo. Asimismo, en la descripción de la publicación `Comer sin pedir permiso´ del autor y periodista Albert Molins se lanza la siguiente reflexión: "en un mundo donde comer se ha convertido en un delicado equilibrio entre placer y culpa, es hora de romper las cadenas que nos atan a la contrición por disfrutar de un simple acto vital. En medio de una sociedad cada vez más puritana y sentimental, la sensualidad se ve relegada, exigiéndonos permiso para saborear sin remordimientos".
A través de sus 272 páginas se encarga de hacer "un ameno y combativo recorrido por la historia cultural de la comida. Porque todos los seres vivos se alimentan, pero solo el ser humano experimenta el revolucionario acto de comer", según se explica en la sinopsis del libro. El placer del buen comer no solo se limita únicamente al día a día, ya que nos acompaña en varios momentos de nuestra vida: cuando nos reunimos por temas de trabajo, para celebrar un cumpleaños o un acontecimiento especial, cuando queremos rendir homenaje a alguien o se ha programado un encuentro con la familia. Los reencuentros con alguien que ya hace mucho tiempo que no vemos o a las despedidas, en el caso de que la persona con la que hayamos quedado para comer se tenga que marchar a otro país o ciudad por temas de trabajo o personales, son ocasiones propicias para que la comida actúe como hilo conductor.
Albert Molins cuenta con un amplio bagaje profesional ligado al periodismo gastronómico. Casi lleva tres décadas en el periódico `La Vanguardia´, donde tuvo la oportunidad de desempeñar varios cargos. A lo largo de su trayectoria profesional fundó el blog `Homo Gastronomicus´, cofundó la revista `Zouk Magazine´ y dio impulso al proyecto digital `Food Undercover´. En estos momentos acaba de lanzar su primer libro, que lleva por título `Comer sin pedir permiso´, y que ha sido publicado por la editorial Rosamerón.
FOTO PRINCIPAL.: Portada del libro `Comer sin permiso´ extraída de la página web de la editorial Rosamerón.