El café verde se corresponde con los granos de café que no han sido tostados. Una vez que se recolectan las bayas o cerezas del café, se clasifican, se limpian, se secan y se despojan de su cáscara externa en el caso de elegir la técnica seca. Si se opta ...
El café verde se corresponde con los granos de café que no han sido tostados. Una vez que se recolectan las bayas o cerezas del café, se clasifican, se limpian, se secan y se despojan de su cáscara externa en el caso de elegir la técnica seca. Si se opta por la húmeda tras el lavabo y selección del fruto se procedería al descascarillado mediante una máquina, la cual se encargaría de apartar la cáscara del grano, después se pondrían a fermentar los granos durante un día o un día y medio, se lavarían de nuevo y se secarían de forma manual o empleando una máquina. Finalmente, tendría lugar el descascarillado y se obtendría el café verde. En el caso de que la sustancia obtenida se sometiese a un proceso de tueste, daría lugar al café tradicional, que se envasaría en grano o ya molido, tal y como se puede ver en la página web de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
Esta bebida está asociada a las dietas para bajar de peso. Pero en realidad no hay ninguna base científica que avale estos beneficios, ya que según informan desde otra publicación del mismo organismo, si bien es cierto que el café contiene cafeína "una sustancia estimulante y diurética, muy utilizada como supuesto `quemagrasas´. Tiene propiedades estimulantes, diuréticas, y broncodilatadoras, entre otras. Su uso en suplementos para control de peso se debe sobre todo a sus propiedades de incrementar la termogénesis y oxidación de las grasas". Por otra parte, a través de su efecto diurético "también se eliminan más rápidamente líquidos del organismo por la orina, aunque esta pérdida de agua es temporal. No obstante, estas propiedades no dan como resultado una disminución del peso, no hay evidencia de que un consumo de cafeína elevado ocasione una pérdida de peso significativa", señalan.
Otra de las características con la que lo relacionan es su poder antioxidante. Esto se debe a que en comparación a un café con granos de color amarronado, este no es sometido a un proceso de tueste, por lo que su color no cambia ni tampoco su sabor, que es como más intenso. De este modo, sus "antioxidantes naturales" no se ven afectados y posee una mayor cantidad que un café tostado, indican en sabervivir.es. Así, los antioxidantes o "polifenoles del café" se encargan de actuar frente a los radicales libres y mitigar los efectos del envejecimiento. "Numerosos estudios científicos los relacionan con la prevención de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer, como el de próstata o el de colon", añaden.
FOTO PRINCIPAL.: Foto de Maksim Goncharenok.