El Castillo de Balmoral ha sido el hogar escocés de la familia real británica desde que el Príncipe Alberto se lo compró a la Reina Victoria en 1852. Desde entonces, ha sido punto de reunión de toda la familia, tanto en Navidad como en verano. Era uno de los lugares preferidos de Isabel II. De hecho, allí pasó sus últimos días, hasta que falleció a los 96 años. Ahora, su hijo, el rey Carlos III ha decidido abrir sus puertas para que todo el mundo pueda conocer su interior. Eso sí, por un tiempo limitado, del 1 de julio al 4 de agosto y por 100 libras (unos 116 euros).

Solo 40 personas al día

Hasta ahora, solo se podía visitar la parte exterior del Castillo de Balmoral, pasear por sus jardines y acercarse a una pequeña tienda de recuerdos. Sin embargo, ahora la visita será a su interior. Cada día 40 personas podrán visitar los rincones de este castillo real, en turnos de 10 personas por recorrido. Una visita guiada por profesionales experimentados, que te llevarán en un viaje histórico a través de varias de las salas del castillo de Balmoral.

Durante el recorrido conocerás los orígenes del castillo y cómo ha sido amado por varias  generaciones de la familia real. Desde la compra del castillo por la reina Victoria y el príncipe Alberto, hasta hoy. Descubriendo sus diferentes salones y cómo Carlos III y su esposa Camila, así como otros miembros de la familia real, utilizan todavía hoy las habitaciones del castillo.

El punto de encuentro para la visita guiada interna del castillo es en Port Cochere, frente al castillo. Allí deberás llegar al menos 20 minutos antes de la hora, y no te descuides, piensa en la puntualidad británica.

Visita exterior y hora del té

Además del interior de castillo, también podrás pasear por sus terrenos y sus jardines, así como visitar el salón de baile, donde se expone la colección de acuarelas de los actuales reyes Carlos y Camila, que representan paisaje de Balmoral, HIghgrove y Sandringham. Allí también descubrirás una colección de trajes usados por los propios reyes Carlos y Camila, por Isabel II y la reina madre.

Para rematar la visita, puedes añadir a tu entrada el té de la tarde, servido en el restaurante del castillo.

Sin duda, una ocasión única de visitar un lugar con mucha historia donde la familia real británica ha vivido algunos de sus momentos más tristes y también más alegres.

Seguramente ya habrás podido cotillear algunos de sus rincones gracias a la recreación de la serie The Crown. Sin embargo, ahora puedes visitarlo in situ y conocer de primera mano dónde se desarrollaron algunos de los episodios más interesantes de la historia de la familia real británica.