La llamada cocina de aprovechamiento no es, ni más ni menos, que lo que hacían nuestras abuelas y nuestras madres hace años: utilizar los ingredientes que hemos usado o ya cocinados para elaborar otras recetas, aprovechando al máximo todo lo sobrante. De esta manera, evitamos tirar comida a la basura ...
La llamada cocina de aprovechamiento no es, ni más ni menos, que lo que hacían nuestras abuelas y nuestras madres hace años: utilizar los ingredientes que hemos usado o ya cocinados para elaborar otras recetas, aprovechando al máximo todo lo sobrante. De esta manera, evitamos tirar comida a la basura y contribuir a la sostenibilidad y al cuidado del medioambiente, con una actitud y una filosofía responsable como consumidores. Aparte del ahorro económico que ello supone. Así que, si te sobra algo en la mesa piensa que siempre es posible convertirlo en un nuevo plato muy apetecible.
Además de que usando todos los recursos que tenemos podemos comer variado y de una manera saludable. De ahí que el primer paso de este proceso comience en casa, planificando bien lo que vamos a comprar y yendo al supermercado con una lista de todos los ingredientes que necesitamos, sin caer en la tentación de "comprar por los ojos". El segundo paso es guardar bien todos los alimentos que hemos adquirido, para que no se nos pierda en el fondo de la nevera o de la alacena. Y, si nos ayuda, también podemos hacer un menú semanal. Una sencilla operación con la que no desperdiciar alimentos y dar una segunda oportunidad a aquellas comidas o ingredientes que nos han sobrado.
Por ejemplo, si la cuña de queso se ha quedado tan dura que no puedes cortarlo, siempre tienes la opción de rallarlo y añadirlo a tu plato de pasta o a la pizza casera. ¿No sabes qué hacer con el pan que te ha sobrado? Pues una estupenda tostada para el desayuno o picatostes para el chocolate de la merienda o los purés, además de una buena sopa de ajo, sopa castellana, salmorejo o migas extremeñas. La cebolla, el pepino o el pimiento que te ha sobrado al preparar la ensalada puedes usarlo, otro día, para picarlo bien y usarlo en los sofritos. Eso sí, acuérdate de congelarlo. ¿No sabes qué hacer con los plátanos más maduros o las fresas? Lo más socorrido es hacer un batido natural o mermelada, mientras que todos esos pequeños trozos y restos de verdura que ocupan espacio en la nevera te servirán para preparar un estupendo puré, una crema o un pisto. ¿Sencillo, verdad?
Poner los alimentos y los productos en el lugar adecuado, tanto en la nevera como en la despensa, y utilizar aquellos alimentos que van a caducar pronto nos servirá para sacar el máximo partido a lo que compras. Así que, anota unos sencillos consejos que enumeramos a continuación:
- Organiza las comidas teniendo en cuenta los alimentos que tienes en la despensa, en la nevera o el congelador.
- Haz una lista de la compra solo con lo que realmente necesites.
- No vayas al supermercado sin una idea predeterminada de qué tienes que comprar y para qué.
- La fruta y la verdura fresca es mejor que la adquieras en el mercado y en cantidades pequeñas, sobre todo si sabes que no vas a consumirla pronto.
- Si es posible, paga la compra con dinero efectivo. Esto ayuda, y mucho, a ser más conscientes sobre lo que gastamos y consumimos.
- Congela en pequeñas raciones, ya que cuanto más rápido se congela la comida más fresca está cuándo se descongela.
- Comprueba las fechas de caducidad de los alimentos que compres. Trata de aprovechar los alimentos, no de malgastarlos.
- No laves las frutas o verduras antes de guardarlas: el exceso de humedad ocasiona manchas y moho.