La gota suele aparecer después de los 35 años. Los datos indican que afecta fundamentalmente a hombres de 40 a 50 años. Cursa con dolor artrítico normalmente localizado, que se inicia en el dedo gordo del pie y asciende por la pierna. A ello puede acompañarle una nefrolitiasis úrica (piedras ...
La gota suele aparecer después de los 35 años. Los datos indican que afecta fundamentalmente a hombres de 40 a 50 años. Cursa con dolor artrítico normalmente localizado, que se inicia en el dedo gordo del pie y asciende por la pierna. A ello puede acompañarle una nefrolitiasis úrica (piedras en el riñón) y la denominada nefropatía gotosa (aguda o crónica).
La acumulación se relaciona con las alteraciones del metabolismo del ácido úrico. Estas variaciones metabólicas tienen un componente genético pero también se asocian a la práctica excesiva de ejercicio, el consumo de alcohol, la obesidad y la dieta. El mecanismo conocido se basa en que el riñón se encarga de la expulsión de la mayor parte del ácido úrico presente en el organismo, siendo ayudado por el intestino en menor proporción. Así, cualquier defecto en el riñón, predispone a la aparición de la denominada gota primaria. En otras ocasiones, la presencia de ciertas enfermedades (leucemias, obesidad, diabetes o hipertensión, por ejemplo) causarían la denominada gota secundaria.
El diagnóstico lo realiza el médico. Normalmente es suficiente con hacer un análisis de sangre completo en el que se determinan los valores de este compuesto (mayores de 12 mg/dl se consideran hiperuricemia). A ello se suele unir un análisis de orina complementario y que permite una detección muy precisa. Puede ser necesario realizar alguna otra prueba que el médico determinará.
El tratamiento lo decidirá el médico. Se usan medidas higiénicas que incluyen dieta y ejercicio adecuados y ciertos fármacos que debe pautar. Algunos fármacos influyen en el nivel de ácido úrico incrementándolo o reduciéndolo.
Para prevenir el aumento de los niveles de ácido úrico se recomienda consumir lácteos bajos en grasa diariamente y alimentos ricos en vitamina C (naranjas, kiwis y brécol, entre otros). También se considera adecuado el ajo por sus reconocidas propiedades circulatorias y depurativas. Elige carne de pollo y pavo, cereales, arroz y patatas.
Se recomienda evitar:
1-El sobrepeso.
2-El consumo inadecuado de alcohol y cafeína.
3-La baja hidratación del organismo.
4-La ingesta de alimentos con fructosa añadida (galletas, zumos de frutas envasados, barritas de cereales y productos bajos en calorías, por ejemplo).
5-El consumo excesivo de alimentos ricos en proteínas y grasas (carne roja, patés o embutidos derivados del cerdo, por ejemplo). Tampoco se pueden consumir vísceras.
6-El exceso de marisco en la dieta. Tampoco se recomienda abusar de anchoas, caballa, arenques y otros pescados similares.
7-El abuso de vegetales ricos en purinas.
Desde la fitoterapia se suelen usar: cola de caballo y alcachofa (diuréticos), arándanos (antioxidantes y diuréticos), cardo mariano (desintoxicante hepático) o el harpagofito (antiinflamatorio), pero es necesario consultar al médico su consumo.