Como vamos a empezar a ponernos sandalias durante estos meses, los pies estarán al descubierto. ¿Cómo los podemos preparar para esta nueva temporada? Así debemos cuidar los pies en primavera Limpios y bien secos Según Mabosalud, es crucial lavar los pies a diario con agua tibia y jabón suave. La finalidad es acabar ...
Como vamos a empezar a ponernos sandalias durante estos meses, los pies estarán al descubierto. ¿Cómo los podemos preparar para esta nueva temporada?
Según Mabosalud, es crucial lavar los pies a diario con agua tibia y jabón suave. La finalidad es acabar con el sudor y suciedad que se suele acumular en estos meses.
Además de limpiarlos, los pies deben estar bien secos. Así que mejor pasar la toalla entre los dedos, especialmente para prevenir la aparición de hongos.
Aunque parece un capricho, resulta que no es así. Realizar una exfoliación en la piel de vez en cuando va perfecta, en especial si tenemos tendencia a tener la piel más grasa.
Se aconseja hacer una exfoliación suave una vez por semana para eliminar las células muertas de la piel y mantener tus pies suaves. Puedes utilizar una piedra pómez o comprar un exfoliante específico para pies.
La hidratación es importante para que la piel respire y esté mucho más suave. Los expertos aconsejan una crema hidratante o aceite especial para pies diariamente, especialmente antes de acostarte.
La ventaja de ello es prevenir ante la sequedad y las grietas que pueden salir en estos meses en los pies. Verás que estarán mucho más suaves.
Una manicura precisa también garantiza este cuidado. Por esto lo esencial es mantener las uñas de los pies y de las manos, bien cortadas y limpias.
Los expertos aconsejan no cortarlas demasiado, limar los bordes para evitar las uñas encarnadas y si se quieren maquillar, entonces aplicar un esmalte de uñas de buena calidad.
Ya hemos comentado que el sudor en esta época empieza a aflorar por el calor excesivo. Si todavía hace algo de frío, entonces mejor lleva usar calcetines de algodón o de materiales transpirables para absorber el sudor.
Poco a poco, iremos abandonando los zapatos cerrados para dar paso a las sandalias. Es mejor ir variando y no ponernos siempre los mismos. Así estarán más limpios, respirarán y evitarán la fricción constante en las mismas áreas.
Invierte en unos zapatos de calidad, que respiren, con los mejores materiales, mejor de piel auténtica. Deben ofrecer un buen soporte y amortiguación, además de no rozar la dermis.
Para prevenir o ya reparar las durezas de los pies, hay cremas, parches y otros productos que las suavizan.
Mientras que podemos ir al centro de belleza para el mejor cuidado y al podólogo también para prevenir y reparar durezas, callosidades y otros.