La intolerancia a la fructosa se produce cuando el organismo no puede absorber correctamente fructosa y se genera malabsorción. La fructosa presente en el intestino provoca la liberación de agua hacia el interior y produce diarrea. La fructosa no absorbida que llega al colon sufre una fermentación bacteriana y produce ...
La intolerancia a la fructosa se produce cuando el organismo no puede absorber correctamente fructosa y se genera malabsorción. La fructosa presente en el intestino provoca la liberación de agua hacia el interior y produce diarrea. La fructosa no absorbida que llega al colon sufre una fermentación bacteriana y produce gases. Ambos síntomas caracterizan la intolerancia a la fructosa y son similares a los que produce la dispepsia o el síndrome del colon irritable, entre otras enfermedades.
La causa de la intolerancia a la fructosa parece estar relacionada con la carencia o el mal funcionamiento de proteínas transportadoras. Existen dos tipos: transportador específico de fructosa y transportador inespecífico de glucosa, galactosa y fructosa. Puede asociarse a alteraciones en uno o en ambos tipos de proteínas.
La intolerancia a la fructosa puede ser de dos tipos:
-Intolerancia primaria. Se produce porque disminuye la proteína que transporta la fructosa y es, probablemente, de origen genético. Se desarrolla a lo largo de la vida.
-Intolerancia secundaria. Se presenta por la existencia de una enfermedad intestinal (como la gastroenteritis o la enfermedad inflamatoria intestinal). Normalmente es puntual y transitoria, aunque puede convertirse en permanente.
Entre los síntomas de la intolerancia a la fructosa, cuya intensidad depende del grado de intolerancia de cada persona, destacarían:
1-Diarrea explosiva con gran cantidad de gas.
2-Distensión e hinchazón abdominal.
3-Dolor de tipo cólico (entre 30 minutos y 3 o 4 horas tras las comidas). El tiempo que tardan en aparecer los síntomas depende de varios factores por lo que es variable. Si se produce un vaciado rápido, pueden presentarse a los treinta minutos de la ingesta; si se consume mezclada con más alimentos, al final de la comida o existen alteraciones que retrasen el vaciado, los síntomas pueden tardar en aparecer entre tres y cuatro horas.
4-Gases.
5-Movimientos y ruidos intestinales.
6-Otros síntomas (dolor de cabeza, náuseas, vómitos y empeoramiento de un estreñimiento previo, entre otros).
El diagnóstico debe hacerlo el médico mediante anamnesis y pruebas específicas. Suele realizarse como prueba diagnóstica el test de Hidrógeno espirado (consiste en administrar por vía oral una solución de fructosa y sorbitol y analizar el aire espirado a distintos tiempos para determinar la cantidad de hidrógeno y/o metano exhalado a través del aliento. dentro de un dispositivo médico que contiene un sensor de detección).
El tratamiento que suele pautar el médico consiste fundamentalmente en limitar o prescindir de los alimentos que presentan altas cantidades de fructosa y/o sorbitol en su composición. Como el grado de intolerancia es variable de unas personas a otras, se debe evitar ser excesivamente restrictivos para evitar carencias nutricionales.