La vitamina A pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles y colabora en la formación y mantenimiento de mucosas, piel, dientes y tejidos. Tiene una importancia especial durante el embarazo y la lactancia. Se denomina retinol porque se relaciona con la producción de pigmentos imprescindibles para el buen funcionamiento de ...
La vitamina A pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles y colabora en la formación y mantenimiento de mucosas, piel, dientes y tejidos. Tiene una importancia especial durante el embarazo y la lactancia. Se denomina retinol porque se relaciona con la producción de pigmentos imprescindibles para el buen funcionamiento de la retina y el desarrollo adecuado de la visión. Se almacena fundamentalmente en el hígado y, en un pequeño porcentaje, en la retina.
Cuando la cantidad de vitamina A es inadecuada y se presenta una deficiencia, la persona puede padecer alteraciones de la inmunidad y la hematopoyesis y determinados problemas oculares específicamente asociados a su carencia (como xeroftalmía y ceguera nocturna, entre otros).
Si es preciso aportarla en forma de suplementos, es posible encontrar numerosas formas farmacéuticas (cápsulas, comprimidos, suspensión oral o gotas, entre otras) en puntos de venta especializados. La vía de administración más frecuente es la vía oral, aunque también se usan otras, como la vía tópica.
Se presenta con diferentes nombres comerciales, sola o asociada a otras vitaminas y/o minerales. La posología debe indicarla el médico en función de las necesidades del paciente. Presenta una buena tolerancia y se recomienda ingerirla con líquido y complementarla con minerales y otras vitaminas (fundamentalmente del grupo B, E y C) que facilitan su correcta absorción.
No suelen presentarse reacciones adversas pero, cuando la dosis es excesiva, pueden aparecer alteraciones visuales, irritabilidad, fatiga y pérdida de apetito, entre otras. No debe consumirse si se han padecido alergias previas al fármaco y debe evitarse durante embarazo y lactancia, salvo expresa indicación médica.
De manera general, en los alimentos, es posible encontrar dos tipos diferentes de vitamina A:
-Los precursores de la vitamina A, denominados provitamina A o carotenoides provitamina A, presentes en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras a los que aportan su característico color. El ejemplo más conocido de provitamina A es el betacaroteno.
-La vitamina A preformada (también llamado retinol preformado) se encuentra en alimentos de origen animal como carne de vaca, pescado, aves de corral, productos lácteos y alimentos a los que se ha adicionado, por ejemplo.
Entre los alimentos que aportan precursores de la vitamina A destacarían: calabacín, brécol, espinacas, zanahoria, albaricoque, melocotón, melón, cacahuetes, pistachos, soja, huevos, pavo, ternera, leche, queso y chocolate, entre otros.
Te proponemos varias combinaciones muy adecuadas si deseas aportar la cantidad adecuada de esta importante vitamina:
-Filetes de pechuga de pavo a la plancha con zanahoria cocida.
-Melón con jamón.
-Calabacines rellenos de carne picada de ternera y gratinados con queso.
-Tortilla de espinacas con pistachos y brotes de soja.
-Yogur con trozos de melocotón natural.