Los trastornos del sueño incrementan hasta un 20% el riesgo de mortalidad, y pueden acortar la vida hasta en 2,5 años. Sin embargo, los españoles suspenden en descanso. Según la última encuesta de la Sociedad Española de Sueño, el 58% duerme mal y hasta un 13% no descansa nada. Esto se agrava todavía más con el inminente cambio de hora. La buena noticia es que se pueden adoptar medidas para lograr un sueño reparador. Jacinto Valverde, internista, divulgador y colaborador de Marnys, desarrolla algunas recomendaciones para transitar al horario de verano sin que el descanso se resienta.

El proceso de cambio de horario que sufrimos dos veces al año, y especialmente el de primavera, "sí que puede afectar a nuestro descanso", afirma Valverde. En invierno este impacto es menor, ya que "dormimos una hora más", pero en el caso del cambio de primavera, "dormimos una hora menos". Así, " se produce una mayor alteración en la secreción de la hormona conocida como melatonina (hormona que induce el sueño y que nuestro organismo produce naturalmente) y, por lo tanto, el retraso del sueño", expone.

¿Cuánto tarda el reloj biológico en acostumbrarse al nuevo horario?

En este sentido, el doctor recuerda que "nuestro reloj biológico está programado por los estímulos externos que percibimos y uno de estos estímulos es la luz, que es sincronizadora de todos los ciclos que ocurren en nuestro cuerpo". Por eso, cuando aumentan las horas de exposición a la luz natural, como ocurre en primavera, se pueden desestabilizar de forma temporal estos procesos. "El organismo debería habituarse a los cambios por sí mismo en unos días, aunque dependerá de cada individuo", avanza.

Mientras tanto, se pueden seguir una serie de recomendaciones para lograr un sueño reparador en esta nueva época del año. Una de ellas es anticiparnos al cambio de hora y adaptar gradualmente nuestra rutina diaria al "nuevo" horario. "También es bastante útil mantener un horario regular de sueño, siempre y cuando sea posible, acostándonos y levantándonos a la misma hora todos los días", prosigue el experto. Así como adoptar una serie de hábitos que nos ayuden a inducir el sueño, "como cenar al menos una hora antes de irnos a la cama, reservar el dormitorio solo para dormir, y bajar las persianas en el caso de que haya luz diurna".

Además, en aquellos casos en los que estos cambios de hora afecten al ciclo del sueño, asegura que "podemos complementar la dieta con suplementos alimenticios". Concretamente, "si encontramos dificultad en conciliar el sueño, podemos ayudarnos de la melatonina tomando, por ejemplo, unas gotas de Melatovit Liposomal de Marnys antes de irnos a dormir". En el caso de que el cambio horario, al afectar a nuestro sueño, también influya en nuestro rendimiento y energía durante el día, concluye, "podemos aportar un plus de vitalidad con suplementos como Royal Provite 5.000 con una alta concentración de jalea real, polen, propóleo y vitamina E, tomando un vial bebible por la mañana".