Esa sensación constante de que fiestas, eventos o situaciones divertidas pueden estar ocurriendo y celebrándose sin que la persona esté presente o se entere es lo que se conoce en inglés como FOMO (Fear Of Missing Out), es decir, el miedo a perderse algún acontecimiento. Una situación que se ha ...
Esa sensación constante de que fiestas, eventos o situaciones divertidas pueden estar ocurriendo y celebrándose sin que la persona esté presente o se entere es lo que se conoce en inglés como FOMO (Fear Of Missing Out), es decir, el miedo a perderse algún acontecimiento. Una situación que se ha acrecentado con el uso indiscriminado de las redes sociales y que ha evolucionado en un nuevo trastorno de ansiedad, que provoca el deseo de estar continuamente conectada y atenta a todo lo que estén haciendo los demás. La persona que sufre FOMO necesita, imperiosamente, acudir a todas las fiestas y eventos, a cualquier presentación, a los restaurantes más chic o a las salas de conciertos más emblemáticas. Y poner mucha atención a los sitios a los que acuden los demás para no tener la sensación de que nos estamos perdiendo algo divertidísimo. Un miedo a perderse algo que se puede reflejar en los eventos sociales, en los planes de fin de semana, en las salidas por la noche o en cualquier cosa que ocurra en redes sociales. De tal manera que las personas con esta patología buscan constantemente una interacción social, porque sienten inseguridad al estar "ausentes". Y la obsesión constante de preguntarse: "¿qué estarán haciendo mis amigos esta tarde? ¿me habrán dejado de lado? ¿por qué no me llaman?".
Los expertos consideran que el FOMO está relacionado con la nomofobia, es decir, el miedo, en esta era tecnológica, a no tener el teléfono móvil cerca, a quedarse sin batería o sin red en el dispositivo móvil, o a entrar en un lugar donde no esté permitido el uso de los dispositivos. Un trastorno que se ha acentuado en este mundo cada vez más tecnológico y experiencial en el que estamos inmersos, de tal manera que se impone la necesidad de estar haciendo algo siempre. Y si no es así, es porque eres aburrido o no tienes planes divertidos. Un nuevo escenario que se ha ido asentando con la proliferación de las nuevas tecnologías y formas de interactuar con los demás y comunicarnos. Una sociedad con gente que vive con temor de no recibir interacciones en sus redes sociales, perderse experiencias y, lo más grave, sentir que no puede compartirlas con el resto de las personas.
Aunque el FOMO también afecta en el ámbito profesional, el académico, el personal y el familiar, ya que es posible que una persona sienta que se está perdiendo alguna oportunidad laboral, de crecimiento personal, de aprendizaje o de ocio, y que no se está aprovechando al máximo el tiempo.
Este trastorno tiene su origen en varios factores psicológicos y sociales que, combinados, dan lugar a esa sensación de malestar e insatisfacción. Vamos a enumerar los cuatro principales:
- Comparación social: es la tendencia a equiparar nuestro valor, éxito o felicidad en función de lo que vemos en los demás. Las redes sociales están llenas de fotografías y vídeos de personas con una vida plagada de viajes, fiestas, amigos, cenas, eventos, etc. Esto nos puede hacer sentir inferiores y a sentir envidia y querer imitar a los demás.
- Incertidumbre: al imaginarnos que hay algo mejor que lo que estamos viviendo, que nos estamos perdiendo algo importante, que nos estamos equivocando en nuestras decisiones o que nuestro plan no es tan divertido como creemos que son los de los demás, esta situación nos genera inseguridad, dudas o angustia.
- Necesidad de pertenencia: queremos formar parte de algo, siempre, de un grupo, sentir que somos aceptados, valorados, que cuentan con nosotros para hacer planes. Cuando sufrimos FOMO sentimos que estamos solos, que no encajamos o que nos estamos quedando atrás, lo cual nos genera una sensación de soledad, de rechazo o de aislamiento.
- Escasez: aquí el FOMO se basa en la idea de que hay algo que nos estamos perdiendo, que se nos escapa, que se acaba o que no volverá a repetirse. Nos provoca una sensación de inmediatez, de urgencia, de aprovechar cada oportunidad antes de que sea tarde y se nos escape de las manos.