En la actualidad, la valoración de un alumno que presenta estas altas capacidades se establece en función del informe de las familias, del equipo de orientación del centro escolar y, finalmente, de unas pruebas de inteligencia que miden ámbitos como el razonamiento verbal, razonamiento lógico, memoria, creatividad, y razonamiento fluido, ...
En la actualidad, la valoración de un alumno que presenta estas altas capacidades se establece en función del informe de las familias, del equipo de orientación del centro escolar y, finalmente, de unas pruebas de inteligencia que miden ámbitos como el razonamiento verbal, razonamiento lógico, memoria, creatividad, y razonamiento fluido, entre otros. En la actualidad, identificar estas capacidades excepcionales se ha convertido en un factor clave para el buen desarrollo de estos niños, que desafían las expectativas con su rápido aprendizaje y sus habilidades avanzadas.
Para saber cómo detectarlas y apoyar a los niños desde que muestran los primeros indicios, Alicia Gimeno Menéndez-Pidal, responsable del Programa de altas capacidades del colegio San Patricio de Madrid, la importancia de adaptar la educación para satisfacer sus necesidades, qué características debe tener un entorno educativo para fomentar su crecimiento, cómo potenciar su talento más allá de las aulas y cómo abordar su desarrollo social y emocional.
Desde que un recién nacido empieza a interactuar con el entorno puede mostrar indicios de su alta capacidad con comportamientos muy avanzados con respecto a su edad cronológica: demostrar mayor capacidad de alerta, intencionalidad precoz, focalización atencional muy temprana. También pueden comenzar a andar antes de cumplir el año, construir frases con fluidez a partir del año o año y medio, leer y escribir antes que el resto de los compañeros, etc. Reconocer estos signos tempranos es crucial para proporcionar el apoyo adecuado desde el principio.
Una vez confirmada la alta capacidad de un niño, surge la pregunta sobre cómo adaptar su educación en el entorno escolar. Es fundamental considerar el estilo de aprendizaje del estudiante y sus intereses individuales para enriquecer su plan de estudios, además de su nivel curricular.
"Teniendo esta información del alumno, hay que enriquecerlo horizontalmente en las materias que sean de interés para él. Un proceso en el que se debe profundizar en los contenidos del curso a un mayor nivel que el del resto de los compañeros y siempre partiendo del conocimiento que ya tiene adquirido el alumno", subraya Alicia Gimeno.
Cuando este enriquecimiento no sea suficiente en alguna materia, habrá que realizar una evaluación previa de sus conocimientos, para adecuar los contenidos a sus necesidades. Si todos estos pasos no son suficientes, y el alumno, tanto emocional como socialmente no se sienta identificado con sus iguales, podría ser necesario adelantar un curso.
Un entorno educativo que atiende a niños con altas capacidades debe tener protocolos claros de identificación, de detección, planes de intervención bien definidos tanto dentro como fuera del aula y una persona de referencia dentro del departamento de Orientación que coordine este protocolo tanto con el alumno como con las familias. Además, es importante que cuente con un plan de formación para las familias y para el profesorado.
El hogar juega un papel crucial en el desarrollo del niño con altas capacidades. Fomentar la curiosidad, la creatividad y el pensamiento divergente es esencial. Además, buscar actividades extracurriculares que estimulen sus intereses, apuntarle a talleres de enriquecimiento curricular que ofrezca su comunidad, contactar con asociaciones para la atención de niños con estas características, etc.
Fomentar que conozca a niños con sus mismas capacidades e intereses es clave y, en definitiva, normalizar su forma de ser sin dejar de alimentar su curiosidad.