Hace unos días fallecía Iris Apfel, icono de la moda, a los 102 años. También recientemente María Branyas, considerada la persona más anciana del mundo, celebraba su 117 cumpleaños en una residencia de Santa María del Tura de Olot, Gerona. Estas dos mujeres son solo un ejemplo de que la ...
Hace unos días fallecía Iris Apfel, icono de la moda, a los 102 años. También recientemente María Branyas, considerada la persona más anciana del mundo, celebraba su 117 cumpleaños en una residencia de Santa María del Tura de Olot, Gerona. Estas dos mujeres son solo un ejemplo de que la esperanza de vida de la población en todo el mundo va en aumento: la División de Población de la ONU estima que en 2021 vivían en el mundo más de 621.000 personas de al menos 100 años. Ese número superará el millón para finales de esta década.
¿Cuál es el secreto? "No existe un punto de vista demográfico separado del social. La demografía calcula, en las condiciones de un momento dado en el tiempo, cuál es la probabilidad de que un bebé recién nacido alcance los cien años en Cataluña. En los últimos años, este indicador ha sido del 2% en los hombres y del 4 % en las mujeres", explica Pau Miret, demógrafo del Centro de Estudios Demográficos y profesor colaborador de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "Así que podríamos decir que el secreto para vivir muchos años desde el punto de vista exclusivamente demográfico es nacer mujer, algo que no podemos elegir", bromea.
Salvador Macip, médico y director de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, investiga las bases biológicas del envejecimiento desde hace más de 25 años. "Entre otros aspectos, hemos mejorado un 30 % la esperanza de vida de unos ratones y, lo más importante, un 400 % su salud en el tramo final de la vida. También estamos estudiando la respuesta a cambios dietarios en mujeres menopáusicas, para ver si tienen algún efecto en el envejecimiento que experimenta esta población", avanza.
Ni hay una fórmula mágica para llegar a los cien años, ni respuestas al porqué algunas personas viven más. "Existen muchos factores que sabemos que determinan cómo envejecemos, y posiblemente no los conocemos todos", comenta Macip. "Hay factores genéticos, que dependen de lo que heredamos de nuestros padres, y otros están relacionados con el entorno y los hábitos de vida, y el peso que tienen unos y otros todavía no está claro".
Sin embargo, sí que hay consenso en que la genética tiene, una gran incidencia en la longevidad, así como los hábitos saludables: una dieta equilibrada y sin muchos excesos, ejercicio moderado constante y no fumar ni beber son algunas de las recomendaciones de los expertos para conservar una buena salud y, a la vez, retrasar los procesos biológicos del envejecimiento. "También es importante disponer de una buena red social que te mantenga activo, que es un factor que se menciona poco: si no se tienen motivos para vivir, no se llega a estas edades", argumenta Macip.
Varios estudios a lo largo de los años han señalado que nuestro estado de ánimo tiene cierta incidencia sobre la longevidad. No sufrir estrés o ansiedad son algunos de los factores clave que nos hacen vivir más años. "también son más longevas las personas que tienden al optimismo, que viven en pareja o están rodeadas de una comunidad, y, por lo tanto, evitan el aislamiento. En cuanto a la personalidad, viven más las personas que no son impulsivas", añade Montserrat Lacalle, psicóloga experta en personas mayores y profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Eso sí, aclarando que "no debemos caer en la simplicidad de pensar que quien es más feliz vive más años, sino que tenemos que considerar que esta variable influye en otras. Por ejemplo, una persona con buen estado de ánimo probablemente tiene más vida social y una cotidianidad más llena de estímulos que una persona que sufre una depresión y que, seguramente, actúa de una forma radicalmente diferente".
A pesar de que la calidad de vida ha aumentado también en los últimos tiempos, no lo ha hecho en paralelo a la esperanza de vida. "Esto quiere decir que cada vez vivimos más años con mala salud, que no es ni mucho menos el objetivo", concluye Macip.